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Azahar y salitre

Nostálgico y sensible.

Debo reconocer que este pasado fin de semana estaba muy sensible, debido a ciertos recuerdos. Aparte de lo que comentaba el día 1 de Mayo, este domingo era el Día de la Madre, por lo que tuve un especial recuerdo de la mía, pensando, como me suele ocurrir a menudo, en cómo sería ahora si viviera, y lo contenta que estaría de ver a sus nietos: Un joven que se llama como mi abuelo materno (Manuel-Juan de Dios), al que yo tampoco conocí, y una guapa adolescente que tanto se parece a ella, cuando tenía su edad...

Este año encargué un ramo de flores poco habitual. Normalmente le llevo margaritas con claveles rojos, pues eran flores que le gustaban mucho. Pero en esta ocasión, por variar, se lo hice preparar de rosas rosa con unas pequeñas dalias blancas, quedando finalmente un ramo en tonos suaves, precioso. Ya sé que cuando voy al cementerio salgo de allí con la moral un tanto tocada, sobre todo teniendo en cuenta que tras esa lápida negra está la persona que me dió la vida, y con la que tan unido estuve, pero creo que es lo menos que puedo hacer como hijo. De hecho, cuando me casé, de mútuo acuerdo con Pilar, en vez de lanzar el ramo de novia a las solteras, fuimos a depositarlo en el cementerio.

A mi mujer, para que se lo dieran nuestros hijos, le compré otro ramo, pero de tulipanes (Su flor favorita) y un estuche de perfume "DKNY", que es otro de los que le gustan. Su precio es bastante caro, pero un día es un día...

Hoy, consciente de que la rueda de la vida ha de continuar su imparable giro, ya me encuentro algo mejor y más animado.

4 comentarios

Luna -

Es duro, pero peor es el olvido...

Un abrazo

Pikifiore -

Me he emocionado con tu relato Manuel,me parece precioso llevarle flores cada año,seguirá siendo tu madre y como tal,es su día,aunque ya no esté,te verá desde algún lugar.Arriba esos animos,por suerte,el sol ahi está brillando.Un besote

prmt -

Lo decía Salinas "...dolor, ultima forma de amar...". Todo aquello que hemos amado nos provoca, con su ausencia, una atroz sensación de angustia y de abandono. Querido Manuel, no existen en el mundo palabras capaces de crear consuelo a aquel que añora una persona querida. Yo no las conozco. Sin embargo, en tu texto, una vez mas, has dado en el quid de la cuestión, pensar lo feliz que estaría tu madre si pudiera echar un vistazo al presente. A tu presente. A vuestro presente. Vería que todos sus esfuerzos en la vida no fueron vanos.
La eterna e imparable rueda de la vida hermano. Me alegro que tu animo vaya en aumento.
Un abrazo.

susana -

No quiero ni pensar cómo será el primer día de la madre o el padre en que me falten ellos. Pero la vida sigue, y nuestra familia nos necesita. Un beso.