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Azahar y salitre

Gatos vagabundos.

Siempre me han gustado los animales, desde muy pequeño. De hecho, en casa siempre he tenido alguno, generalmente un pájaro (Jilguero, canario, periquito, etc.), aunque también perro. Hace años, tuve una dálmata (Truska), posíblemente el ser más noble, manso y cariñoso que haya vivido bajo mi mismo techo. Después, ya de casado, tuve en casa a Simba, un precioso pastor alemán, que en realidad era de Pilar cuando soltera, pero que se vino con nosotros hasta que murió de puro viejo. También era muy noble, y nada agresivo. Después, durante un corto tiempo tuve un chow-chow. que me causó un gran disgusto, y desde entonces no he vuelto a tener perro. Mi mujer dice que ya no quiere ninguno más.

Pero también me han gustado los gatos, tal vez por su carácter, independiente y misterioso a la vez, al tiempo que imprevisible, pues no suelen ser tan consentidores como los perros, y sus ataques arañando suelen ser tan desagradables como imprevisibles. Son ellos los que eligen al amo, y no siempre se dejan tocar por alguien a quien no quieran o conozcan. Quien quiera tener un gato, creyendo que convivir con él es lo mismo que hacerlo con un perro, se equivoca de una manera garrafal. Tanto a mi hija como a mi nos gustaría tener uno, a ser posible negro, pero Pilar se niega en redondo cada vez que tocamos el tema. Mi hijo dice que a él le da igual, aunque en el fondo creo que sería quien más lo mimase.

Y siempre me ha llamado la atención su espíritu de supervivencia, sobre todo de ésos que viven en la calle, alimentándose de lo que puedan pillar en la basura, de algún pajarillo o roedor que cacen o, en algunos casos, de lo que les da gente de la barriada.

Hace años que no veo esa estampa, en la que una persona, generalmente una mujer ya de cierta edad, suele llevarles comida y agua, acudiendo a su llamada con la cola bien levantada, mientras la rodean, al tiempo que con sus maullidos la siguen hasta que les pone la comida. Habrá quien diga que son animales sin control, que tal vez puedan traer enfermedades, aunque también suelen cazar ratas y ratones. Por cierto, que en alguna ocasión se ha hecho campaña de poner veneno a las ratas, y al comer alguno de esos roedores que se han envenenado, han pagado con su vida el devorar su presa...

En Valencia, curiosamente, hay dos colonias de gatos callejeros, debidamente controladas por la Protectora, que los vigila e incluso, a veces, captura a las hembras para esterilizarlas y después liberarlas, procurando que así no se multipliquen demasiado. Esas dos colonias están en el Jardín Botánico y en el Cementerio, siendo controladas por voluntarios de la asociación mencionada.

No obstante, me llama la atención que, a pesar de sus grandes reflejos, como todo buen felino, son muy ineptos para calcular distancia y velocidad de los coches, cuando se aventuran en zonas de circulación rodada, metiéndose bajo las ruedas de los automóviles de una manera que, a veces, me parece suicida. Desgraciadamente, es muy frecuente el encontrar restos de gatos aplastados en mitad del asfalto.

A ver si hay suerte y logro convencer a Pilar de que tengamos un gato o gata en casa. Lo que no sé es lo que opinará Piolín II, el escandaloso canario que nos alegra el ambiente cada día.

8 comentarios

Fer -

Yo prefiero a los perros antes que a los gatos, sobre todo porque éstos pueden ser muy descastados.
Sin embargo, tras conocer a Lucas (el gato de la familia de mi novia) me lo estoy replanteado: es manso como él solito, pura pereza y desidia, interesado y algo tontorrón. Pero se hace querer.

acoolgirl -

Pues mucha suerteee!!! Ya veréis como al final convencéis!!

Probad con un cachorro... Son tan bonitosss que es casi imposible decir que no!! Jajaja!!

Un besoteee

Pikifiore -

El problema de los gatos callejeros,es que en una casa pueden ser agresivos.Una amiga mia recogió uno de la calle,y al poco,tuvo que donarlo a una granja para que lo cuidaran porque era imposible convivir con él de lo peligroso que resultaba.claro,que eso no ocurre siempre.Yode todos modos,prefiero un perro.Un beso

susana -

Has tocado mi tema favorito. Si por mí fuera, tendría la casa llena de animales, pero luego lo paso mal cuando se mueren. Yo tuve un perro que era uno más de la familia. Los gatos callejeros me encantan y creo que viven bastante bien en la calle, salvo por los coches. Mis hijas siempre me piden uno, pero no puede ser. Somos alérgicos. Un beso.

Ezne -

Yo tuve en casa una gata muchos años que era lo más arisco y miedoso del mundo... salvo con nosotros.

A mi los gatos me encantan, pero mira, tener un conejo es tener la mezcla casi de gato y perro (te lo digo yo) y el mio es muy mimosón mucho mucho, acude cuando lo llamo, no es destrozón y es bastante independiente. A mi, me parece una mascota ideal.

Un beso

Señor Oscuro -

Por el pajarito no te preocupes, los gatos tb se acostumbran a la compañía de otros animales. Eso sí, cogedlo bien pequeñito y q no haya estado mucho tiempo en la calle, pq entonces es un descontrol de animal (hablo desde la experiencia).

Un abrazo :)

Hadex -

Ayyy a mí también me encantan los gatos.....Tenía un profe que decía algo así como que los gatos habían sido creados para que el hombre tuviera el placer de acariciar a un tigre....Amo sus movimientos y su mirada.....
Aquí en Lugo sí puede verse todavía esa estampa de la señora o el señor alimentando a los gatos...

Biquiños!!

Mikhon -

Que te voy a contar yo sobre gatos. No se pueden comparar con los perros (que tambien he tenido)en nada. Los gatos van mas a lo suyo pero pueden llegar a ser de lo mas mimoso.
Sin ir mas lejos, los tres mios se suben al sofa cuando estamos viendo la tele y se acurrucan en nuestras piernas, tripa o lo que pillen.
Los nuestros no tienen uñas en las patas de alante, aunque nos terminan arañando con las de atras.