La soledad.
Realmente, éste es el tema que me hubiera gustado tratar a principio de semana, pero dí preferencia a los otros dos temas de los que he escrito sendos post, sobre los que agradezco vuestros sinceros comentarios.
El pasado domingo, quedé para almorzar a media mañana con un íntimo amigo, al que conozco desde el colegio de primaria (Hoy EGB), al que ví muy abatido por la soledad en que vive desde hace algo más de medio año. Le he conocido tres historias de pareja: Se separó de su mujer, con quien tuvo un hijo, ya adolescente. Después tuvo dos etapas más de convivencia estable, la última le duraba unos diez años, hasta que en Junio vieron que se había terminado el afecto y la ilusión que los unía, por lo que decidieron dejarlo amistosamente.
Por otra parte, sus padres ya no viven, su hermano es un crápula y un sinvergüenza que hace años no se habla con él y, por si algo faltaba, uno de sus más íntimos amigos y confidentes, fallecío de un tumor cerebral el pasado Octubre. En resumen, que se vé muy solo, por lo que arrastra lo que parece ser algo de depresión. Estuve intentando animarlo, contándole anécdotas de nuestra etapa de compañeros escolares, y de juergas de pandilla, pero no era tarea nada fácil el levantarle el ánimo.
Me confesaba que, en casos así, cuando le ha tocado pasar una mala racha de tipo sentimental, se ha refugiado en el trabajo, hasta que han venido tiempos mejores para disfrutar, pero que este mes también había estado muy flojo en su faena, de manera que se le han juntado el hambre y las ganas de comer...
Reconozco que sentirse solo es muy duro, sobre todo si las circunstancias que te han llevado a esa soledad no las has buscado. Pero por desgracia el Destino es muy caprichoso, aunque se diga que todos lo tenemos escrito.
De más joven, incluso en la adolescencia, tenía etapas en que no quería estar con nadie, buscando a toda costa estar solo. No era por aquello de "Más vale solo que mal acompañado", simplemente era que no me apetecía contacto humano. Después, buscaba compañía con quien compartir risas y ratos agradables, pues la soledad llega un momento en que también agobia.
Curiosamente, el haber sabido estar solo, me ha servido de ayuda en circunstancias en las que no tenía cerca a nadie allegado que me pudiese ayudar, en un momento dado. Y es que tan malo es estar solo como acostumbrare a depender de los demás, sobre todo si surge un imprevisto que hay que solucionar de inmediato. Siempre he dicho que "El comodón de hoy es el inútil del mañana", e intento inculcar esa idea a mis hijos, aunque no es tarea fácil.
Buen finde a todos/as. Nos vemos el lunes.
6 comentarios
Pikifiore -
acoolgirl -
Un besoteee
Alba -
Seguro que tu amigo agradece infinitamente todas las muestras de apoyo y cariño que le des.
Un beso
Etiam -
Besiños
Luna -
Un beso
susana -
Sobre la soledad, yo también tuve tiempo para estar sola de joven y creo que es importante aprender a valerse por uno mismo, aunque siempre sea preferible estar acompañado. Un beso.