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Azahar y salitre

Regalos

No siempre es necesario algún motivo especial, como puede ser una fecha concreta (Aniversario, santo, cumpleaños, etc.) para regalar algo a quien se aprecia. Tampoco es necesario gastar mucho, pues siempre he sido de los que dicen: "La intención es lo que cuenta".

Hay regalos que se hacen por tradición, como es el caso de San Valentín, el día del Padre, o de la Madre, o los que se acostumbra a hacer por Navidad o Reyes.

Aunque a veces hay regalos que se hacen como "soborno", o para conseguir algo concreto, aunque yo creo que en este caso la sinceridad y el cariño están ausentes, lo cual estropea el detalle. Cuando voy de viaje, suelo traer alguna pequeña bagatela para aquellas personas que aprecio de verdad, como muestra de que me he acordado de ellos. Y, vuelvo a decirlo, no es necesario hacer un gran gasto. Por muy poco se puede lograr que alguien a quien queremos de verdad sea feliz por unos instantes...

Recuerdo en una ocasión, con L***, que tuve una discusión con ella, pues le hice un regalo con toda la ilusión, que me fué comentado con estas palabras: "Con regalos no se puede comprar el amor de una persona". Aunque aquello me sentó como un jarro de agua fría, debo reconocer que, en el fondo, decía una verdad muy grande. Es preferible rechazar cortesmente un amor que se ofrece de forma sincera, antes que dar pie a falsas esperanzas y jugar con los sentimientos del otro. En aquella ocasión, hubo una bronca más, de las siete u ocho que tuvimos a lo largo de nuestra relación, y que, tras la reconciliación pertinente, acabó en una de esas noches desenfrenadas de alcohol y sexo, que tanto abundaron en aquella historia.

Con PIlar, en los tres años que duró nuestro noviazgo, csai siempre solíamos regalarnos cosas para la casa, y siempre aceptábamos esos presentes con mucha ilusión. Curiosamente, el primer regalo que le hice, antes de ser novios, me da un poco de "corte" decirlo en este blog, aunque si alguien quiere que se lo diga en un e-mail privado, no tiene más que pedírmelo. Sólo diré aquí que fué algo cargado de cierta picardía, que hizo que Pilar se pusiera como un tomate...Je, je, je.

4 comentarios

susana -

La verdad es que nosotros tenemos la casa tan llena, que casi no nos regalamos nada. Sólo a los niños. Un beso.

acoolgirl -

A mi, como dice Pikifiore, me encantan tambien los regalos inesperados.. de hecho, son los que mas me gusta hacer... y que me los hagan, claro!!

Y cada vez, me gustan mas los regalos personales, los que se hacen y no se compran.

Un besitooo y mas o menos me puedo imaginar el regalo que le hiciste a Pilar... Jajaja!!

Pikifiore -

A mi los que mas ilusion me hacen son los regalos inesperados,sin venir a cuento,hace poco mi chico me sorprendió con uno de ellos,y todavia sonrio como una bobaa.
PD: Mmm, habrá que pedirte los datos por mail,jajaj

Luna -

Te lo preguntaré por mail, puedes estar seguro jejeje. Hombre, mientras no le regalaras una plancha todo va bien :P

Lo de los regalos es cierto. Mis amigas y yo solemos comprar cosas para el resto (siempre alguna chorrada y todas iguales) cuando vamos de viaje; incluso si vamos tres de nosotras compramps cinco cosas iguales y llevamos dos de vuelta...

Este año en San Valentín "alguien" me mandó una postal con tulipanes porque sabía que me gustaban. No sé si le dije alguna vez la ilusión que me hizo, especialmente porque fue un amigo que se acordó de mí :)

Un beso