Blogia

Azahar y salitre

Sigo vivo.

Ha pasado mucho tiempo desde la última vez que escribí, lo reconozco.

En parte por dejadez, en parte por falta de ganas, desmotivación, ánimo muy bajo, etc. Por otra parte, he visto que se han dado de baja muchos blogs a los que seguía, y que también seguían el mismo. Sé de algunos de sus titulares porque los veo en mi página de Facebook, pero ya no he vuelto a escribir nada, ni he visto nada escrito por ellos en esta blogia.

 

Desde la última vez que escribí algo, han pasado muchas cosas. Unas alegres, y otras no tanto.

Referente al trabajo...He ido a salto de mata, pillando lo que salía, pero todo inestable y mal pagado, recogiendo lo justo para ir tirando. Y es que parece que la fecha de nacimiento, en este país, sea la de caducidad a la hora de poder optar a un empleo. Afortunadamente, mi mujer sigue con su trabajo en Mercadona, y mi hijo mayor (Manu) ha tenido la suerte de entrar a trabajar en esa empresa, y ya lo han hecho fijo.

Quería estudiar, pero lo que había visto no le gustaba, y por ahora prefiere afianzarse bien en su trabajo, mientras mira algo que pueda estudiar a distancia, aunque en su emprresa suelen apoyar y promocionar con cursos diversos a aquellas personas que ven que vale.

 

Mi hija está estudiando "Ciencias de Medio Ambiente" en Gandía, a 60 km. de Valencia, lo que la obliga a unos impresionantes madrugones. Está mirando de trasladarse a Valencia, pero es complicado, con la actual normativa...

 

Bueno, por ahora es todo. A ver si me animo y voy poniendo algún post que otro...

Tercer aniversario.

Pues sí, parece mentira, pero ya han pasado tres años desde que en un día como hoy me decidí a crear mi blog, animado por nuestra entrañable Su (La otra cara de Barbie), de la cual hace mucho que no sé nada de forma directa, aunque suelo mirar de vez en cuando en su Facebook, para enterarme de cómo le van las cosas.

Reconozco, por otra parte, que últimamente he descuidado un poco este blog, en el que mis apariciones se han espaciado bastante, debido en parte a cierta apatía, y en parte porque no tenía nada interesante para contaros.

He ido conociendo gente muy interesante, e incluso he llegado a verme personalmente con varios de los que frecuentaban "Azahar y salitre", lo cual me ha llenado de alegría e ilusión, pues siempre me he considerado muy sociable, y amigo de conocer a gente de otras tierras, esperando que esa amistad perdure por muchos años.

A ver si ahora voy recuperando alguno de esos contactos, y si alguien me ayuda, explicándome cómo se hace, quisiera intentar dar algún cambio se imagen a mi blog, sobre todo incluyendo alguna foto, o dándole una presentación más actualizada y alegre de colores.

Un fuerte abrazo a los que me visitais y leeis.

La cultura del bar.

Nos guste o no, España es un país lleno de bares, y estoy seguro que, si nos diera por sumar el tiempo que más de uno pasa en ellos, saldría un buen número de años metidos en ese tipo de local/negocio.

Hay gente que tiene por costumbre el no desayunar en casa, prefieriendo hacerlo en un bar cercano al domicilio o al trabajo, lo que a veces permite entablar alguna pequeña conversación o tertulia con quien le atiende, o con otros parroquianos que han acudido al mismo establecimiento, a tomar alguna cosa, o hacer tiempo mientras se acude a trabajar, a algún tipo de cita, o simplemente a tomarse algún respiro en la rutina.

En la zona de Valencia, es muy fecuente el hacer un alto a media mañana, para almorzar, consistiendo ese refrigerio en un bocadillo + bebida + café (Ésto último que no falte, ya sea sólo, cortado o en forma de "carajillo"). Esta "actividad" sobre todo en muchos pueblos, paraliza trabajos y empresas durante una media hora, más o menos, lo cual sirve para descansar un ratito de las tensiones laborales. Je, je, je.

A veces, a la hora de comer, hay quien por comodidad, o por no perder tiempo en ir a casa para volver de nuevo al trabajo con el bocado en la boca, se queda a comer en algún bar, siendo frecuente el ver miles de ofertas de "Menú del día", que por la zona de Valencia las hay desde 7 u 8 euros en adelante.

En muchos casos, si siempre se acude a los mismos bares, y sobre todo si se hace durante bastante tiempo, se puede llegar a trabar cierta amistad con los dueños de los mismos, o con sus camareros, estableciéndose agradables conversaciones sobre temas concretos (Fútbol, política, caza, deportes en general, cine, etc.), aunque a veces degeneren en acaloradas discusiones, que al día siguiente se han olvidado.

Vivo en una barriada llena de bares, aunque como mucho frecuento 2 ó 3, a la hora de ir a tomar algún cortado, o una cervecita con tapa cuando termino la jornada (Si se ha dado bien), si me apetece y mi exiguo presupuesto me lo permite, ya que mi bolsillo, dada mi situación personal, no me deja tomarme demasiados lujos. Y siempre suelo tener alguna pequeña conversación con quien me atiende, pues ya son bastantes años viviendo en el barrio.

Sin embargo, con la crisis que hay, se está dando un curioso fenómeno: Gran cantidad de bares se ponen en traspaso, y al poco tiempo se lo quedan ciudadanos chinos. ¡Ojo! No tengo nada contra ellos, ni contra ningún extranjero que quiera ganarse la vida de una manera honrada. Es más, algunos de esos profesionales asiáticos suelen cocinar bastante bien, e incluso preparar cafés de forma más que aceptable, ya que gran parte de ellos suelen haber trabajado en restaurantes chinos, que hasta hace poco casi era la forma más normal de poder ver a orientales trabajando.

Pero, curiosamente, ya no es lo mismo, pues dada su diferencia lingüística y cultural con la nuestra, se echa de menos la posibilidad de entablar algún tipo de tertulia, que sirva de complemento a ese pequeño "alto en el camino" que hacemos para entrar en un bar, a reponer fuerzas.

 

Otro 3 de Octubre si ti.

Pues sí, un año más en que vuelvo a recordarte, y de nuevo siento ese grandísimo e irreparable trauma, de que no hayas podido conocer a mis hijos, de los que estarías tan orgullosa como abuela. Mil veces he pensado en cómo sería tu aspecto ahora, ¿Tal vez cpmp tu madre, la entrañable "Yaya Luisa"? No creo, pues la mujer de ahora ya no es como la de antes, cuando la vejez llegaba. Siempre recuerdo a la "Yaya" vestida de negro, con su pelo gris peinado en forma de moño, y su delantal con bolsillos, que era como un "Arca de Noé", de la que podía salir cuelquier cosa que sus nietos pidieran. En cambio a ti te veo como esas modernas abuelas, llenas de energía y ganas de vivir, que tal vez evejezcan de cuerpo, pero no de espíritu.

No hace mucho, chateando con una amistad que tengo en Chile, y que por las fotos ya había visto en gran parecido que tiene mi hija contigo, a la misma edad, me dijo: "Es como si tu madre hubiera querido volver parcialmente a la vida, a través de tu hija, para que sigas viéndola y nunca la olvides". Juro por lo más sagrado que esas palabras me causaron un enorme escalofrío... Aunque creo que son una verdad como un templo.

En cuanto a mi, por ahora sigo intentando sobrevivir con el trabajo de la floristería, cuya faena viene a golpes imprevistos, que hay que saber aprovechar. Y de nuevo he pedido un ramillete de claveles miniatura con margaritas, para llevártelo y que sepas que nunca pienso olvidarte.

Feliz cumpleaños, mamá, allá donde te encuentres.

¿Películas o panteones?

Siempre me ha gustado el cine, desde que era muy pequeño, especialmente en aquella época me atraía mucho la magia de la sala, su oscuridad que sólo era rota por la luz que salía desde la pantalla, en la que se proyectaba una película, siendo mis favoritas las de acción, tanto las del "western", policiacas o incluso de guerra, aunque no desperdiciaba alguna comedia, o incluso las de dibujos animados.

Con el paso de los años, a medida que iba madurando, empecé a interpretar el "mensaje" que cada película dejaba, aunque muchas veces me daba la impresión de que era una obra creada para simple distracción, o para que el espectador pudiera evadirse de la realidad cotidiana, dejando que su mente viajara a otras épocas, o que se sintiera, en cierto modo una especie de "protagonista-observador" de la acción que se desarrollaba en la pantalla.

Me siguen gustando aquellas películas clásicas, que tanto me hicieron disfrutar en mi niñez y adolescencia, como creo que también sucedió con mis padres. Títulos inolvidables para la Historia como "Robin Hood", "Los cañones de Navarone", "Río Grande", "Ivanhoe", "Los tramposos", "Ben-Hur", y tantos y tantos títulos nacionales y extranjeros.

El problema de hoy en día, cuando veo esas películas...Gran parte de sus protagonistas ya murieron, o son muy ancianos. Actores míticos como Clarck Gable, Errol Flynn, John Wayne, Gary Cooper, etc, hoy serían centenarios si aún viveran. La magia del cine, o la técnica del mismo, a través de lo captado por una cámara, plasmaron para la eternidad unos instantes que nunca se volverían a repetir, pues de todos es sabido que en el Tiempo no existe la marcha atrás. Incluso hay que reconocer que el trabajo de los actores de entonces era mucho más meritorio que el actual, pues no existía la ayuda de los modernos medio técnicos que ahora tenemos.

Otro tipo de cine muy curioso, aunque mucho más moderno, pues su fuerte fué en los años 80, es el llamado cine "quinqui", ambientado en el mundillo de la delincuencia juvenil española, fruto muchas veces de familias destrozadas por el delito, acostumbradas a vivir en zonas marginales, cuyos miembros más jóvenes sólo encontraban salida a sus instintos, o buscaban un espejismo de escape por medio de la droga y los violentos delitos que hay tras ella, especialmente el robo, los atracos y trapicheos diversos. Fueron famosos títulos como "Deprisa, deprisa", "El pico", "Los últimos golpes del Vaquilla", "Colegas" o "Perros callejeros". Curiosamente, muchas de esas películas fueron protagonizadas por auténticos delincuentes juveniles, a los que incluso se les ofreció la oportunidad de regenerarse a través de lo que pudieran haber aprendido con ese trabajo, o con el dinero que ganasen, pero sin embargo la gran mayoría murieron a consecuencia de alguna sobredosis o del SIDA, como fué el caso de Juan-José Moreno Cuenca "El Vaquilla", José-Luis Manzano, o Ángel Fernández Franco "El Torete".

La cámara supo captar, en esas películas, ejemplos muy crudos de algo que se sabía existía en la calle, pero que la gente prefería ignorar, quedando para la posteridad unas imágenes protagonizadas por unos actores que, tal vez, no supieron separar bien la realidad de la ficción, pereciendo finalmente por las consecuencias de un mundo que era sobradamente conocido por ellos...

Y, por último, hay otro tipo de películas, que para mi también son unos panteones, que son aquellas filmadas en "Super 8", en las que se recogían escenas familiares de viajes, eventos y otras fiestas. Mi hermano Héctor las tiene guardadas todas, al igual que el viejo proyector y la pantalla en que solíamos verlas, y me ha dicho muchas veces de quedar para hacer una sesión de cine familiar. Yo, por ahora, siempre he procurado evitar verlas, pues me daría cierto "repelús" el volver a ver moverse a ciertos seres queridos que hace años, nos dijeron adiós para siempre...

Francamente, prefiero mantenerlos vivos en mis íntimos recuerdos, antes que volver a verlos reflejados en la pantalla. Les he dicho a Pilar y a mis hijos que, si quieren, vayan a verlas, pero que no cuenten conmigo. Espero lo comprendan, al igual que todos vosotros.

He vuelto.

Antes que nada, quiero pedir perdón a todos los que me leeis de vez en cuando, pues hace mucho que no aparezco por aquí, pero en modo alguno os he olvidado. Incluso, de vez en cuando he echado una miradita por vuestros blogs, pero no he comentado nada.

El motivo principal es estar afectado de una gran apatía, acrecentada desde que se me terminó la prestación por desempleo, y ver cómo, día a día, la búsqueda de trabajo sigue sin encontrar nada interesante, si es que alguna vez contactan los anunciantes a los que envío mi "Curriculum vitae", y éso que suelo hacerlo a aquellos anuncios en los que no veo ninguna condición restrictiva ni excluyente, y que además estén relacionados con alguno de los sectores en los que tengo experiencia de comercial.

Esa falta de éxito en la búsqueda ha terminado por provocar en mi unas enormes "ganas de no hacer nada", en lo referente a mis aficiones, y tener muy descuidada mi correspondencia y mis relaciones de Internet. Además, lo del reparto de flores, esa "chapucilla" que me sirve para ganar algún dinero con que compensar un poco mi maltrecha economía, hace que no tenga casi tiempo de hacer cosas que me gusten, pues no hay horario, ni una seguida más o menos rutinaria, pues lo mismo un día hago 10 ó 12 repartos, que la día siguiente sólo 2 ó 3, que se pueden dar a cualquier hora, por lo que es difícil programar mi tiempo, aparte de que con este calor, hay días en que llego a casa reventado, con ganas de ducharme, cenar algo ligero y relajarme en el sofá, con el aire acondicionado puesto...

He solicitado en el INEM esa "ayuda familiar" que dan a los parados que han agotado la prestación, y aunque la cantidad es irrisoria, menos da una piedra. Yo no quiero limosnas...¡¡Lo que quiero es trabajar!!

Mención aparte es el tema de la edad, pues parece que, a partir de ciertos años de vida, la fecha de nacimiento sea la fecha de caducidad. En el SERVEF me dijeron que, de acuerdo a las vigentes normas de Igualdad, si reciben un anuncio pidiendo un hombre, ellos envían candidatos masculinos y femeninos, lo cual me parece muy correcto, y fomenta la igualdad de oportunidades entre ambos sexos, pero respecto a la edad no hay nada escrito, de forma que, aunque sea de manera indirecta, se permite la discriminación por ese detalle (Por llamarlo de alguna forma), incluso para puestos de trabajo en los que no se requiere esfuerzo físico. Como dice un hermano mío, muy "fino" él (Y perdon por la expresión malsonante), es para "Ir a mear y no echar gota". Así va el país...

Como no todo han de ser ideas y pensamientos pesimistas, os comento que el pasado martes 24 mi hija cumplió 18 años. ¡¡Ya es mayor de edad!! y volví a recordar la calurosa noche en que vino al mundo, que parece que fué ayer. Y también volví a pensar en lo mucho que se parece a mi madre, y el trauma que para mi siempre ha sido el que abuela y nieta nunca hayan podido conocerse. Aunque, como me comentó una buena amiga que tengo en Chile, y que recientemente ha perdido a su padre (Con el trauma de que si alguna vez tiene hijos no puedan conocer a su abuelo), parece como si mi madre hubiera querido volver en parte a la vida, a través de mi hija, para que nunca la olvide y también, en cierto modo, estar conmigo.

El día del cumple de mi hija ella tuvo sus regalos, modestos dadas las circunstancias, pero no por ello dados con toda la ilusión: Unas sandalias de cuña (Que necesitaba), un cuadro de flores pintado por PIlar, mi mujer, una sortija de plata (De las llamadas "antiéstrés", que son una especie de doble alianza, que giran una dentro de la otra) y una de sus ilusiones más curiosas: Una rosa azul, que piensa desecar y guardar como recuerdo de su llegada a la mayoría de edad...

Hospitalidad.

Ante todo, mis disculpas por teneros tan abandonados, pues hace más de un mes que ni vengo por aquí, ni comento nada en vuestros blogs. Confieso que en parte hay cierta pereza, y por otra que la preocupación de no encontrar trabajo, me hace olvidar amistades y aficiones. Sigo por ahora con la "chapucilla" del reparto de flores (Algo es algo), aunque este mes de Abril es el último en que voy a cobrar del paro...

Pero, dejando aparte este tema que tanto os he trillado, me viene a la memoria un cierto valor que parece haberse perdido en muchos sitios: La hospitalidad. Parece como si la sociedad se hubiese ido deshumanizando poco a poco, optando cada vez más por el "Que cada palo aguante su vela", perdiéndose ese sentido de cortesía y agasajo al que viene de visita por casa, sea el motivo que sea.

Todo el mundo sabe que, quien venga por mi casa en son de paz siempre es bien recibido, y compartirá plenamente mesa y mantel, comiendo de lo que haya, e incluso procuraré darle algo no habitual, como muestra de aprecio sincero.

Me vienen a la memoria algunos recuerdos de la infancia, cuando íbamos a Alicante a pasar unos días, en verano, en casa de mis tíos maternos, repartiéndonos todos por las habitaciones, durmiendo en número superior al habitual en las mismas, sin sentirnos incómodos, y compartiendo todo. A la hora de comer, los pequeños solíamos ponernos en mesa aparte de los mayores, y disfrutábamos de lo lindo. También recuerdo el juntarnos todos con motivo de algún evento familiar (Léase comunión o boda), y no teníamos que ir a ningún hotel, pues para algo estaba la(s) casa(s) de los familiares.

Sin embargo, hoy en día, en general, por lo que oigo por ahí, cuando hay que desplazarse fuera, a alguna celebtración familiar, se suele buscar algún alojamiento hotelero, por aquello de causar las mínimas molestias, o por el "Cada uno en su casa y Dios en la de todos". Tal vez la vida moderna nos haya hecho ser demasiado celosos de nuestra intimidad doméstica, pero la familia nunca ha sido para mi un grupo de extraños.

Parte de la familia de Pilar, mi mujer, es de Onda (Castellón), y os aseguro que allí la hospitalidad es algo sagrado, que se ofrece de corazón y que es un agravio el rechazar. Una vez, en que tuve que ir por allí por motivos de trabajo, hace años, fuí a saludar a unos tíos que llevaban el bar de los jubilados de esa población, y mientras estaba hablando con él, apareció su mujer, que dirigiéndose a su marido hecha una fiera le dijo: "Qué valor, no li has ficat ni copeta ni res!" (¡Qué valor, no le has puesto ni una copita ni nada!), como si la buena mujer pasase un apuro, pensando "¿Qué van a pensar de nosotros si no les invitamos a nada?"...

Hace casi un mes, durante las fiestas de Fallas, mis hijos solían llegar a casa tardísimo, casi de madrugada, haciendo que estuviera en alerta permanente, con el móvil muy cerca, por si llamaban si pasaba algo. Un día, al levantarnos Pilar y yo, vimos que Sherezade había dejado una nota en la puerta de su cuarto: "Ha venido una amiga a dormir a casa, ya os contaré".

Cuando se levantaron, nos dijo que se le había hecho muy tarde para tomar el último metro a su casa, pues vivía en una población cercana a Valencia, y no era plan de que la chiquilla se quedara por la calle. Lógicamente, su proceder nos pareció acertado, al tiempo que cumplimos dándole un buen desayuno, e invitándola a venir por casa, cuantas veces quisiera.

¿Acaso se podía hacer otra cosa?

Viejas canciones, imán que atrae recuerdos...

Desde hace muchos años, existe en una emisora valenciana un espacio titulado "Cada canción un recuerdo", en el cual, a petición de los oyentes se emite una canción, que puede ser de cualquier época, y que en un momento dado reavive en la memoria algún grato momento ya pasado.

Lo más curioso del caso es cómo una canción, que fué creada hace 30, 40 ó 50 años todavía sigue emitiendo su mensaje al que la escucha, incluso si el oyente no había nacido cuando esa melodía fué cantada por vez primera.

Hace unos días, yendo en el coche, mientras oía ese espacio en la radio, emitieron una canción de finales de los 50, cantada por el desaparecido cantante belga Jacques Brel: "Ne me quitte pas", que es una manifestación desgarradora del intento de aferrarse a un amor perdido, como si aún pudiera ser posible una nueva oportunidad, pues muchas veces la felicidad no es debídamente valorada hasta que se ha perdido. Ya hice un comentario sobre esta canción hace tiempo, pero es que me trae muchos recuerdos, pues fué una cinta de ese cantante, conteniendo esa pieza en cuestión, el primer regalo que le hice a L***, hace ya de ésto muchos años.

Éste enlace de Youtube os permitirá oirla con subtítulos en español: http://www.youtube.com/watch?v=dSfc662vXZU

También me trae muchos recuerdos la música sudamericana de los años 70: Jorge Cafrune, Violeta Parra, Víctor Jara, etc., que me hacen remmorar mis tiempos de la Facultad, y algunos recuerdos de mi "asignatura pendiente". Pero ésa es otra historia...

Disculpadme, pero hoy me encuentro terriblemente nostálgico.

El tiempo y el espejo.

Estoy de acuerdo en que el tiempo es como una rueda, que sólo gira hacia adelante, donde la marcha atrás no existe y que su marcha es imparable. También estoy de acuerdo en que es lo más valioso que pueda haber, pues con todo el oro del mundo no se podría comprar ni un minuto...

Y reconozco que va dejando su huella allá por donde pasa, y especialmente en nosotros mismos, en nuestro físico y en nuestra mente, en la que deja unos recuerdos que, en algunas ocasiones nos gustaría enterrar en la tumba del olvido. De vez en cuando, me gusta mirar las viejas fotos que guardo en algún que otro álbum familiar o personal, intentando recordar los momentos vividos en el momento que la cámara congeló para siempre, y que después fué vertido en un papel. Lo que nunca he querido ver han sido esas películas, hechas con cámara de cine "Super 8", hace muuuuuucho tiempo, y que guarda uno de mis hermanos, más que nada por no volver a ver en movimiento a algunos seres queridos que ya se fueron para siempre... Creo que me causarían una impresión demasiado fuerte.

Pero, volviendo a lo que el paso del tiempo va dejando en nosotros mismos, me suele ocurrir muy a menudo, al ver a algún antiguo conocido de mi edad, o cuando alguien  dice tener los mismos años que yo, me quedo mirando mientras pienso:"¡Yo no estoy así de viejo." Y es que muchas veces me hubiera gustado congelar el tiempo, dejándolo en momentos o tiempos en que sentí felicidad o alegría, por la situación vivida entonces.

Igual me ocurre al mirarme al espejo, que creo que en muchas ocasiones es nuestro enemigo, al reflejar allí una imagen que no me agrada, pero, al fin y al cabo ese objeto se limita a ofrecer a nuestra vista la realidad pura y dura. Y es que, como dice un viejo proverbio latino: "Tempus fugit" (El tiempo corre), a lo que yo añadiría otro: "Sic transit gloria mundi." (Así pasa la gloria del mundo). Y estoy convencido, latinajos aparte, de que a más de uno le gustaría ver en el espejo otra imagen diferente de la que, en un momento dado, contemplamos en él.

Hace unos pocos años escribí en la web literaria "Grupobuho" algunos textos (Cuentos y poemas principalmente), entre los que destacaría dos: "Veinte años después" y "Reencuentro" (Este sería la continuación del anterior), en donde, en un momento dado, el personaje intenta evadirse ante un espejo de la realidad que le rodea, sin lograrlo. Y en ambos textos hay cierto toque autobiográfico...

Os dejo sus enlaces, por si os interesa leerlos:

http://www.grupobuho.es/biblioteca/261/20-anos-despues

y

http://www.grupobuho.es/biblioteca/3085/reencuentro

Si os decidís, ya me direis algo.

Otro año más sin ti.

Ya sé que han pasado muchos años, que el tiempo todo lo cura y que tengo mi propia familia, pero al llegar cada 11 de Febrero, no puedo evitar que me invada una gran tristeza, pues fué en esa fecha, de hace ya mucho tiempo, cuando nos dejaste para siempre, tras una semana en coma, a consecuencia de una hemorragia cerebral, tan repentina como implacable. Siete días llenos de angustia, esperando una solución por parte de los médicos, o tal vez un milagro, por aquello de que "Mientras hay vida hay esperanza". Pero al final se cumplió el fatal desenlace que nadie deseaba...

Después vino el entiero, un día frío y gris, que no hizo sino acrecentar la gran tristeza que todo dominaba, y yo acompañado por S***, que no se separó un momento de mi en aquellos lúgubres instantes. Creo que es lo único que podré agradecerle en toda mi vida, habida cuenta de la forma en que después jugó con mis sentimientos. Pero ésa es otra historia...

Hoy, como todos los años, cumpliré de nuevo con el ritual de visitarte, sabiendo que apenas nos separa una breve distancia, con una negra losa de granito de por medio, y te dejaré un ramillete de margaritas, mezcladas con claveles rojos, tus flores favoritas, y aunque no soy persona creyente, rezaré para ti una breve plegaria, que no sé si servirá para algo, pero al menos dejará mi espíritu algo más tranquilo y consolado.

El gran trauma que tengo, y que creo arrastraré toda mi vida, es que no hayas podido conocer a mis hijos, de los que creo estarías muy orgullosa, sobre todo por el gran parecido de mi hija contigo, o porque puse a mi hijo el nombre de tu padre (Manuel-Juan de Dios), al que nunca conocí pero del que tanto y tan bien me hablabas.

Un beso muy fuerte, mamá, allá donde te encuentres.

Por aquí sigo.

Lo reconozco y pido perdón: Es mucho el tiempo que hace que no aparezco por aquí, pero no os preocupeis (Gracias, Zeltia), que no me pasa nada malo. Simplemente es que estaba algo perezoso para sentarme ante el ordenador, y si lo hacía era por ver si tenía algún correo privado, comprobar si había alguna oferta en cualquiera de las web de empleo que visito y, si me quedaba tiempo y ganas, visitar algún blog amigo, aunque no estaba por la labor de dejar comentarios.

Bueno, hace ya un mes que pasaron las fiestas navideñas y está a punto de concluir la "cuesta de Enero", aunque en honor a la verdad no puedo quejarme de falta de actividad. Descubrí que las flores siguen sirviendo para muchas cosas, y prueba de ello es la gran cantidad de macetas con flores de Pascua que se vendieron por Navidad, formando parte de cestos para obsequiar que me tocó repartir. Por cierto, que me regalaron una para Navidad, junto con un "muérdago de la suerte", así como un bonsai para mi santo. En Enero decía mi jefe que se ha salvado la "caja" por la cantidad de encargos para tanatorios (Coronas y centros) que se han servido, aunque...¡¡Maldita la gracia que me hace repartir a esos sitios!! Triste Pero es ley de vida y no se puede hacer nada.

Por otra parte, sigo con la búsqueda de un empleo decente y bien pagado, aunque por ahora el tema está complicado. Por cierto, que en poco tiempo (Una semana) me sucedió algo muy curioso: Recibí dos llamadas para ofrecerme un puesto de comercial. En una de ellas me dijeron que tenían mis datos por habérselos proporcionado el INEM, y me citaron para una reunión, cosa que me extrañó, pues normalmente se trata de entrevistas individuales. Y resultó ser una empresa que comercializaba unos complejos vitamínicos, empleando un curioso sistema "piramidal" o "multinivel", en donde el comercial era al mismo tiempo consumidor y distribuidor, teniendo que organizar una red de clientes-distribuidores, con el mismo sistema, y haciendo una pequeña inversión. Como aquello me olió a timo, salí de allí por piernas, y echando pestes de todos los colores.

Pero es que a los dos o tres días me llamaron del INEM, para darme la referencia de un oferta, y me proporcionaron una dirección de e-mail, a la que enviar el "curriculum", debiendo llamar yo a un teléfono, que también me facilitaron, para concertar una entrevista. Vale, les envío el C.V. y a los dos días llamo, para encontrarme con que la propuesta era para trabajar a comisión pura y dura, sin contrato de ningún tipo (Ni laboral, ni mercantil-autónomo), y que la oferta estaba pensada para alguien que estuviera trabajando de comnercial, como un complemento de ingresos extra.Entonces...¿Para qué se dirigen a un organismo en el que sólo hay apuntada gente sin trabajo? Lógicamente, rechacé la oferta, y al día siguiente me presenté en las oficinas del INEM, para echarles la bronca, pues tengo dicho que sólo me avisen cuando hayan ofertas con contrato laboral.

Y se echaron las manos a la cabeza cuando les conté lo que me había pasado, jurándome que ellos no pasaban nunca datos a empresas para que contactaran directamente. Les dí los nombres de los contactos que había tenido, para que tomaran, si querían, las medidas oportunas. Y me despedí diciendo, muy diplomáticamente: "Por lo visto, en tiempos de crisis, aparecen más sinvergüenzas que nunca". A lo cual no tuvieron más remedio que darme la razón...

Me queda por cobrar paro hasta Marzo ó Abril (No lo tengo claro del todo), y así se lo he hecho saber a mi jefe, el de la floristería, a modo de indirecta, pero aún no me ha pasado ninguna oferta en serio, aunque dice que está contento por cómo le hago mi trabajo. Y es que, a pesar de lo bien que pueda ir el negocio, en general se es muy remiso a contratar gente nueva. De todas formas, no pierdo la esperanza.

Y por lo demás, pocas novedades, salvo que hace algo más de un mes mi hijo aprobó el carnet de conducir, lo que me vino muy bien durante los días de reparto navideño, pues se venía conmigo para mover el coche, si hacía falta. Y en una de esas ocasiones, le tuve que dejar el coche para que se diera un par de vueltas, mientras entregaba un envío en una zona de aparcamiento imposible. Cuando ví que el coche se alejaba, coinducido por él, me dió cierto "repelús" al verlo, pues pensaba: "¡Si hace cuatro días lo llevaba en brazos!". Y es que, como decía mi difunta abuela Luisa:"Al tiempo no lo atrapa un galgo...".

El teatro de la vida.

Cuando era pequeño, recuerdo que me gustaban mucho los espectáculos de títeres, pero sobre todo el guiñol y las marionetas, dos tipos de atracción infantil que hoy en día se prodigan poco, tal vez por las nuevas tecnologías y sus efectos especiales, cada vez más perfeccionados, y que se ven en cualquier momento a través de la pantalla de un televisor, o de un ordenador. Lo más curioso de ese tipo de títeres, es que solían acabar a garrotazos, sobre todo en el guiñol.

Era bastante habitual el poder disfrutar de esos espectáculos al aire libre, en los parques, sobre todo en época de buen tiempo. Hoy en día, creo que se celebra en Segovia, sobre el mes de Mayo, una curiosa feria llamada "Titirimundi", donde se puede ver ese tipo de arte escénico callejero. Si pudiera ir, creo que disfrutaría como un enano, tanto por la ingente cantidad de fotos que haría, como por el placer de volver a sentirme niño de nuevo...Lo malo es que, en las fechas que suele hacerse, no me viene muy bien acudir, sobre todo si se tiene en cuenta la distancia que hay desde Valencia.

Curiosamente, si nos fijamos bien, podemos apreciar que la vida es como un contínuo teatro, con una función inacabable, en la que somos los protagonistas. Es cierto que, tanto en el guiñol como en las marionetas de hilo, los muñecos son manipulados por un artista, que intenta transmitirnos un mensaje a travñes de la obra que representa, pero...¿Acaso no somos en la vida, muchas veces, nosotros los manipulados?

Habrá quien dirá que no, que el hombre es un ser libre por naturaleza, aunque por desgracia sujeto a unas normas, si quiere vivir dentro de una sociedad civilizada, pero...Yo creo que muchas veces somos nosotros los que nos manipulamos, siendo los hilos de nuestros sentimientos los que guían nuestros movimientos. ¿Es verdad o no?

Y es que, como dice un viejo proverbio: "El corazón tiene sus razones, que la Razón no comprende".

 

 

 

Recuerdos de niñez.

Hoy, 23 de Noviembre, me vienen a la memoria ciertos recuerdos de niñez, ya que era el del santo de mi maestra de primeras letras, que se llamaba Dª Lucrecia, y que celebrábamos de forma muy festiva, en aquella enorme planta baja de la que era directora y propietaria. Recuerdo que era un colegio-academia, en la que nos juntábamos un montón de niños y niñas de diversas edades, que oscilaban entre los 4 a los 10 años, y que de allí solíamos pasar a algún colegio, público o privado, en que continuábamos nuestros estudios.

Lógicamente, ese día no había clase, pero todos acudíamos ilusionados, llevando algún regalo para la maestra, que nos lo agradecía con una sonrisa y un beso casi maternal. Después, organizábamos una improvisada función, en la que solíamos salir a cantar, a nuestro aire, alguna de las canciones de moda. Muy aficionada a la fotografía, solía hacer una función de proyección de diversas diapositivas para, a continuación, esperar impacientes la llegada de los de la pastelería, con grandes bandejas llenas de dulces. Una de las cosas que recuerdo haber comido con más deleite, son esos pastelillos, rellenos de crema, nata o chocolate que por aquí llamamos "lionesas", y que cada vez que los veo en alguna confitería, me hacen llegar a mi memoria aquellos entrañables momentos.

Y después, si el día era bueno, solíamos irnos a pasar la mañana a un parque cercano, hasta que se hacía la hora de volver, para que nos recogieran y volver a casa.

Aparte de buena maestra, Dª Lucrecia tenía una paciencia infinita, y siempre nos decía que, desde muy pequeña, siempre había querido ejercer de maestra, tanto es así que, de pequeña, en su Guadalajara natal, ya solía jugar a hacer de profesora con alumnos, antes que a "papás y mamás". Tal vez influyera en éso el que su madre también había sido maestra.

Hoy en día, salvo honrosas excepciones, la mayoría de los maestros han cambiado su mentalidad, y casi la tienen más de funcionario que de docente, al menos por lo que me cuentan mis hijos, por cómo se desarrolla el día a día allí donde estudian.

Hace muchos años que le perdí la pista a aquella maestra, tras cerrar su colegio, por orden oficial, pues el local requería hacer unas costosas reformas, que no le compensaban con el rendimiento que podía sacarle, ya que le quedaba poco tiempo para jubilarse.

Pero nunca la olvidaré...

¡¡Por fin es lunes!!

Y la verdad es que espero que esta semana no sea tan ajetreada ni tan llena de incidentes como la pasada, haciendo que el domingo por la tarde estuviera tan agotado que me dormía en el sofá después de comer. Y de tal forma, que Pilar me decía que con mis ronquidos no podía oir la tele... Guiño

Empezó la cosa el martes, amaneciendo con un dolor de estómago muy fuerte, que después se transformó en unos desagradables retortijones. Y así estuve dos días, a base de infusiones diversas y comiendo muy poco. Cuando no me dolía mucho, me atrevía a ir por la floristería a ver si había algún reparto, que entregaba a trancas y barrancas, rogando que no me diera ningún dolor mientras iba en el coche. Afortunadamente, no hubo incidencias.

Cuando se me pasó, les tocó a mi mujer y a mi hija, salvo que a ellas les dió más fuerte, sobre todo a Sherezade, que decía: "Papá, me parece como si tuviera un flan en el estómago". Yo ya me encontraba bien, y el trabajo de la floristería se iba animando, y cuando llegó el sábado, todo se fué complicando: Ese día hubo bastantes encargos, de hecho repartí once, pero a mediodía, cuando iba a recoger a mi mujer para llevarla a trabajar me llamó y me dijo: "No voy a ir, pues me he pasado la mañana vomitando. Y la niña sigue con sus naúseas".

Total, que me tocó llevarlas al ambulatorio, al médico de guardia, después ir a por las medicinas, llegar a casa y hacer la comida de todos (Casi parecía aquello "La Fonda del Sopapo"), llevar a mi hijo a un torneo que tenía de "fútbol-7", y seguir con los repartos, aparte de llevar a la tienda el justificante de visita al médico.

Y al día siguiente, domingo, a lo largo de la mañana tuve seis repartos más, aparte de seguir haciendo de "enfermero a la fuerza", por lo que creo os podeis explicar el porqué estaba tan agotado por la tarde.

Afortunadamente, los enfermos ya están casi bien. Y es lunes...

Libros de juventud.

Siempre me ha gustado leer, lo reconozco, desde mi etapa escolar o pre-adolescente. Curiosamente, de mis dos hijos, el chico apenas me ha salido lector, en cambio mi hija es una "devoralibros" como yo. No me puedo quejar a ese respecto, aunque hace unos días, repasando entre los ejemplares que guardo, pude ver la forma en que han cambiado los gustos por la lectura, pues siempre he tenido por clásicas ciertas obras, que la juventud de ahora apenas conoce, y menos aún lee...

Por ejemplo, un clásico de la literatura juvenil siempre ha sido el entrañable "Corazón" ("Cuore"), del  Edmundo d´Amicis, siendo todavía una obra de casi obligada lectura en muchos colegios italianos. Tal vez los planteamientos que allí se aprecian estén algo desfasados, pues son de finales del siglo XIX, si bien se intenta, por medio de las vivencias del protagonista, sus compañeros de colegio, su familia, etc. inculcar ciertos valores morales que, hoy en día, apenas se enseñan, ni en colegios ni, que es lo peor, a nivel familiar. Si no conoceis la obra, os recomiendo su lectura.

Otro escritor clásico de la literatura juvenil era Alejandro Dumas, aunque más bien se le conoce por sus obras: Los 3 mosqueteros, El conde de Montecristo, etc., aunque tal vez sean más conocidos sus personajes por haberse visto en películas que por haber leido sus obras.

O Julio Verne, aunque tal vez se le tilde de fantasioso para su época, si bien fué algo adivino, ya que muchos de los inventos que aparecen en sus obras, después se hicieron realidad. ¿Quién no ha leído "20.000 leguas de viaje submarino" o "De la Tierra a la Luna". Aunque creo que en este caso, también, sus obras han sido más conocidas por el cine que por la lectura de las mismas...

De mi época de juventud, recuerdo haber leído bastantes obras de una novelista americana, fallecida hace años, que llegó a conseguir el Nobel de Literatura: Pearl S. Buck. Creo que es la persona que mejor supo retratar la China que hubo entre la caida de sus emperadores hasta la era maoísta. Novelas como "La estirpe del dragón", "La buena tierra", "Peonía", "El ángel luchador", causaron en mi un gran impacto cuando las leí, hace años, aunque tal vez inflluyera algo en que esa escritora era la favorita de mi madre.

Curiosamente, ahora que parece que empiezan a imponerse buenas escritoras en el mercado literario (De lo cual me alegro mucho), es curioso cómo se han ido olvidando otras que, en su época, tuvieron que luchar por darse a conocer, en un momento en que la Literatura era un mundo casi masculino. ¿Alguien recuerda a Françoise Sagan, Colette, Gabriela Mistral (Que fué el primer Nobel de Literatura en Hispanoamérica), George Sand (Aurora Dupin), Fernán Caballero (Cecilia Böhl de Faber), etc.? Buscad su biografía, y ved de que forma se ha ido olvidando a esas luchadoras...

II Aniversario (Y dolorido, pero ésa es otra historia)

Hoy, 25 de Octubre de 2009, se cumplen dos años desde que me decidí a montar mi blog, animado por nuestra entrañable Su (La otra cara de Barbie), de la que hace mucho que no sé nada, esperando que le estén yendo bien las cosas. Ella fué la que me explicó la forma en que debía montar esta pequeña ventana personal, abierta al mundo, y en la cual he ido conociendo a gente muy maja, aunque a veces sea yo el que no entre muy a menudo, pero a todos os agradezco vuestra amistad. A ver si un día de éstos me decido a modernizarlo un poco, dando un pequeño cambio de imagen y colocando alguna fotografía, aunque para ello tenga que aprender primero a "rebajarla" de peso.

Y en otro orden de cosas, os cuento que llevo dos días muy malos. La causa: Un cólico renal que me está llevando por la calle de la amargura desde la madrugada del sábado. Hacía unos cuatro años que no me sucedía, y os aseguro que es algo muy doloroso, hasta que se elimina el "cálculo" o arenilla que se forma. Vino a casa el médico de urgencia, y me pinchó un calmante que me tuvo el sábado como adormilado, aunque el dolor remitió mucho y pude descansar un poco. Y por si algo faltaba, debí tener un bajón de azúcar, pues vomitaba todo lo que tomaba. Menos mal que había una botella de bebida isotónica en casa, y éso me ayudó a recuperarme. Hoy, domingo, ya estoy algo mejor, pero me encuentro como abatido, con todo el costado derecho dolorido y no me apetece hacer absolutamente nada.

Espero que mañana estaré mejor, y si no, iré a ver qué me dice el médico de cabecera...

Felicidad y nostalgia.

El dueño de la cadena de floristerías a la que le hago reparto, tiene contratados a varios extranjeros, y reconozco que todos ellos son muy buenos profesionales a la hora de elaborar un ramo, un centro o una corona (Si yo lo intentara, el desastre estaba asegurado). Uno de ellos es una chica, ya treintañera, muy agradable y que yo creía rumana o búlgara, pues por la zona de Valencia hay bastantes inmigrantes de esas nacionalidades, pero no. Me dijo la mujer de mi jefe que era de Hungría, y éso me trajo a la memoria muy gratos recuerdos de juventud.

Os cuento: Hace muchos años, cuando no existía Internet, era bastante habitual entre la gente joven el cartearse con personas del extranjero, para practicar idiomas o compartir ideas, cultura y opiniones. Cuando yo tenía 17 años, más o menos, establecí contacto con una chica húngara de mi edad, que estudiaba (Y hablaba perfectamente) francés, español y ruso. Con ella fuí compartiendo muchas impresiones y aficiones, siempre por correspondencia, hasta que dos años después me invitó a pasar unos días en su casa, en Budapest.

En aquella época, existían dos Europas claramente diferenciadas, que se vigilaban mútuamente de reojo, y eran la del Este y la del Oeste; pero a pesar de ello, de la distancia y de los múltiles papeleos que hubo que hacer, me decidí a viajar hasta allí, pasando los días más felices de uno de los veranos más intensos de mi juventud. Y es que, con 19 años, cuando el mundo empieza a mostrarse a los ojos de la adolescencia, todo aquello me impactó hasta lo más profundo... Si quereis, puedo ir haciendo un relato de aquel viaje, por capítulos, y lo voy publicando aquí.

Por éso, cuando tuve ocasión de coincidir con esa florista húngara, que se llama Kinga, cuando me saludó al entrar en la tienda, le respondí con un "Servusz" que quiere decir "Hola" en húngaro. Y puso unos ojos como platos, pues creo que es lo último que se esperaba oir. Le conté, a grandes rasgos, lo de mi estancia en Budapest, le pregunté por lugares y establecimientos de allí, y le iba diciendo algunas cosas en húngaro, que no es que aprendiera mucho en quince días, pero a Kinga le iban brillando los ojos cuando se las pronunciaba. Llegó a decirme:"Eres increible. ¿Cómo es posible que recuerdes todo éso, después de tantos años?"

Y es que aquellos días tan felices que pasé allí, me calaron hasta lo más profundo de mi alma.  Reconozco que, más de una vez, intento recordar todos los momentos de felicidad que he tenido en mi vida, como queriendo volver a saborear esa sensación, pero por desgracia el tiempo nunca concede dar marcha atrás...

Un íntimo amigo mío, al que conocí cuando estudiaba Primaria en los Maristas, cada vez que intento rememorar anécdotas de aquella etapa escolar, me suele decir: "Eres muy nostálgico" . Y la verdad es que tiene mucha razón, pero no puedo remediarlo. Hay quien dice que es malo vivir de los recuerdos, o de ampararse en momentos de gloria que ya quedaron en el pasado, que lo que importa es el presente y tener visión de futuro, pero yo creo que los recuerdos, si son felices, merecen la pena ser guardados en el fondo de la memoria, aunque a veces, queriendo recordar algo grato, suframos algún ataque de los fantasmas del pasado...

Otro 9 de Octubre.

Pues sí, ayer, día 9 de Octubre, como buen valenciano que soy, cumplí una vez más con la tradición de la "mocadorá", es decir, regalar a mi mujer un pañuelo, conteniendo unos dulces de mazapán, que se elaboran especialmente para esa fecha, llamados "piuleta i tronaor" (No hay traducción al castellano, lo siento) y unas pequeñas frutitas de acompañamiento, elaboradas también de mazapán. Con ésta van ya...He perdido la cuenta, pues ya de novios le hacía el regalo. En esta ocasión, el pañuelo era de seda, con dibujos estilo "Hermés", que a Pilar le encantan

Es curioso, pero así como San Valentín es una celebración moderna, establecida con motivos mercantiles según muchos, la de Sant Donís (San Dionisio, en castellano) lleva en vigor muchos siglos. Éso no quiere decir que también celebre San Valentín cuando toca, pues ese día fué cuando le pedí a Pilar de salir...Pero ésa es otra historia.

Este año, por sugerencia de mi mujer, también le he regalado "mocadorá" a mi hija, que se puso muy contenta e ilusionada. Para ella, el pañuelo era de tipo "palestino", de ésos a cuadritos, con flecos, en tonos blanco y azul marino, que por lo menos en la zona de Valencia se ven mucho, por parte de la juventud, tanto chicos como chicas. Lo malo es que se me ocurrió decirle: "A ver cuando te echas novio, que me sales muy cara". Y en cuestión de segundos, se desataron las furias del Averno...Guiño

Es curioso, pero con las otras novias que tuve antes de conocer a Pilar, nunca celebraba esta tradición. Y también es cierto que, tras conocer a la que hoy es mi mujer, puse fin a una etapa de mi vida, muy agitada en lo sentimental, que a veces me viene a la cabeza, cuando se me aparece alguno de esos fantasmas del pasado.

Espero poder seguir cumpliendo con la "mocadorá" muchos años...

Un poco de todo.

Sí, lo sé, hacía mucho que no aparecía por aquí, pero entre el trajín del "currillo" con las flores, del ajetreo de la búsqueda de un trabajo serio (Aunque, por ahora, lo que me encuentro es auténtica porquería), y de la pereza que me ha dado para sentarme ente el teclado, la verdad es que tenía ésto algo abandonado.

Esta semana, como novedad simpática, nos llamaron de la autoescuela para darnos la noticia...¡¡Mi hijo ha aprobado el teórico para el permiso de conducir!! Por un lado, me alegré mucho, pues lo ha sacado a la primera, pero por otra parte me dió algo de repelús: Comprendedlo, hace cuatro días que lo llevaba en brazos y le cambiaba los pañales, ya hora ya es todo un adulto. Y es que el tiempo pasa demasiado deprisa, por mucho que, a veces, querramos vivirlo a tope, como si todo se fuera a terminar en pocos días.

En lo referente al trabajo, como ya os he anticipado, todo sigue más o menos igual. Lo de la "chapucilla" de las flores no me ha ido mal en Sptiembre, pues habré sacado unos 900 eurillos, que nunca vienen mal, habida cuenta de los agstos que han habido, sobre todo con la vuelta a clase de mis hijos. Como dato curioso, cuando he repartido algún ramo o centro en una maternidad, este pasado mes han ganado los niños por goleada, pues de unas 15 entregas a recién nacidos, sólo han sido 5 para niñas. A ver si en este mes se equilibra un poco, y por lo menos es tan animado como Septiembre.

Y, por otra parte, no puedo remediar el sentirme algo triste y nostálgico estos días, pues este domingo habría sido el cumpleaños de mi madre, y de nuevo he vuelto a intentar imaginarme cómo sería su aspecto si ahora viviera. Una de mis primas me dice que tal vez se parecería a mi abuela, pues en fotos antiguas de familia, se las ve muy parecidas. Y también he vuelto a sentir el trauma de que nunca haya podido conocer a mis hijos, de los que tanto creo que presumiría. Feliz cumpleaños, mamá, allá donde te encuentres...

"Taitantos"...Y un día.

Pues sí, ayer fué mi cumpleaños, y con el van...Prefiero no decirlo, pues al echar la vista atrás, y ver la cantidad de cosas pendientes que he dejado por el camino, la verdad es que me hace sentir algo descontento, incluso frustrado. Ya sé que peor es no llegar al siguiente cumple , pero como dice un viejo proverbio oriental:"Todos hacemos a la vez una misma cosa: Envejecer".

La verdad es que no tenía muchas ganas de celebraciones, tal vez contagiado por el pesismismo general que reina en tiempos de crisis, máxime cuando aún no se ve clara del todo la salida del oscuro túnel por el que vamos, y de hecho dije que no quería regalos. A pesar de ello, entre Pilar y mis hijos me regalaron un frasco de mi colonia habitual ("Agua de Sándalo", de Adolfo Domínguez), que suelo usar practicamente a diario.

Como compensación, y para que no dijeran que no quería compartir celebración alguna, les dí a elegir el tipo de comida que querían para cenar, y la votación fué de algo chino, de manera que me fuí a uno de los restaurantes de mi barriada, al cual ya he recurrido bastantes veces, y encargué comida para llevar, teniendo en cuenta los gustos de cada uno. Por ejemplo, mi hija odia las gambas, y mi mujer las "bolas de pollo frito", así que me toco elegir de todo un poco, para que no hubiera descontentos. A la hora del postre, éso sí, hubo una pequeña tarta para los cuatro.

Mientras estaba en el restaurante chino, esperando que me preparasen el pedido, me dió por repasar mentalmente los cumpleaños pasados, hasta donde la memoria me dió de sí, y me vinieron a la memoria los celebrados en compañía de aquellos amores no correspondidos, así como el primero que tuve en compañía de Pilar, de novios, cuando me regaló una medalla/plaquita de plata, con la fecha en que le había pedido de salir... En fin, un nuevo ataque de los fantasmas del pasado a mi memoria, pero al fin y al cabo fuí yo quien lo buscó.

Mañana, día 13, es el cumple de mi "asignatura pendiente". La llamaré para felicitarla, como casi todos los años, y seguro que volveremos a hablar de los viejos tiempos, aunque sin tocar el tema de "lo que pudo haber sido y no fué...".