Literatura, fama y olvido.
Siempre me ha gustado leer, al igual que tener muchos libros. Algunos sólo los leo una vez, y después ocupan su sitio en alguna estantería, de las muchas que hay en casa guardando diversos ejemplares de obras encuadernadas. Hay veces en que no los vuelvo a leer porque no me han gustado, o porque creo que he comprendido perfectamente el mensaje que la obra contiene. Sin embargo, otros libros los he leido en más de una ocasión, como por ejemplo "La lápida templaria", de Nicholas Wilcox (Pseudónimo secundario del escitor Juan Eslava Galán). Ambientado en época moderna, es una especie de epílogo a la "Trilogía templaria" de dicho autor, compuesta por "Los falsos peregrinos", "Las trompetas de Jericó" y "La sangre de Dios".
Pero no quiero hablar de ese autor y su obra, pues para gustos los colores, y a lo mejor a muchos de vosotros no os gusta su estilo. Hoy quisiera cometar el caso curioso de los escritores, que como artistas que son, intentan vivir de lo que mejor saben hacer, siendo a veces víctimas de la incomprensión de gran parte del público, o de intereses editoriales que ven en ellos simplemente algo alguien con lo que ganar dinero...
Y, curiosamente, hay muchos escritores que en un momento dado de su vida ganan dinero gracias a su arte, pero que en cuanto mueren, dejan de verse o venderse sus obras. Citaría, como ejemplo, a dos escritores norteamericanos, de los cuales uno de ellos fué una mujer que llegó a conseguir el Nobel de Literatura: Pearl S. Buck. Esa escritora norteamericana, hija de un misionero, fué la que mejor llegó a retratar el ambiente y la forma de ser de la China anterior a Mao.
El otro fué un escritor afroamericano, fallecido en España en 1991 (Se afincó en nuestro país en los años 50), especializado sobre todo en novelas de ambientación histórica, llegando incluso algunas de ellas a ser llevadas al cine. Su nombre: Frank Yerby. ¿Os suena? Yo me he leido casi todas sus obras.
También podría hablar de grandes escritores españoles, sobre todo del siglo XIX y XX, que apenas son estudiados en las escuelas, institutos y universidades de nuestro país, que incluso llegaron a ser hombres de gran fama en su tiempo. Bien es cierto que algunos de ellos sí que siguen siendo estudiados hoy en día: Benito Pérez Galdós, Antonio Machado, Miguel Hernández o Vicente Blasco Ibáñez (Del que, por cierto, este año se conmemora el 80 aniversario de su fallecimiento).
En cambio, otros de los que recuerdo haber leido excelentes relatos y/o poemas, apenas son citados tan siquiera de pasada en las clases de Literatura: José Mª de Pereda, Pedro Antonio de Alarcón, Azorín, Emilia Prado Bazán, etc. ¿Es debido al cambio en los gustos del público lector o a que ya no son negocio para muchas editoriales? Salvo algún escaso ejemplo, de escritor más bien folletinesco, enfocado a un público juvenil popular (Alejandro Dumas, Julio Verne, Emilio Salgari, etc:), la verdad es que raramente se da el caso. Mención aparte son los grandes escritores del "Siglo de Oro" español: Cervantes, Quevedo, Calderón, etc. Pero ésa es otra historia de la que ya hablaré otro día.
Curiosamente, se da el caso del portugués Fernando Pessoa, que durante toda su vida no pasó de ser un oscuro oficinista, para que, tras su muerte, su inmensa obra fuera dada a conocer y difundida a todo el mundo. Algo similar sucedió con Kafka, que mandó a su albacea destruir todos sus manuscritos inéditos tras su muerte, pero cuya orden, afortunadamente para el mundo, fué desatendida...
Y no es que estos dos autores sean precíamente hoy en día demasiado leidos ni estudiados. Tal vez porque, al precio que se han puesto los libros, la Cultura sea un artículo de lujo, y tras la muerte del autor, a muchas editoriales solo les interese ir a la venta fácil.
7 comentarios
Sega -
Un saludo.
Pikifiore -
Por cierto,lo siento pero a mi me pareció un rollooo la obra de Wilcox,jajaja.Un beso
acoolgirl -
Lo malo que tiene ahora la literatura es eso, que parece que va por modas.
Un besitooo
susana -
Ezne -
Un pena, perdiendo una parte importante de la cultura, eso si, me parece un disparate lo que cobran (25 e por un libro!) yo siempre tiro a los baratitos aunque sean más feos, porque a la velocidad que leo me dejaría al mes una fortuna...
UN besito
Luna -
Besos
Hadex -
En cuanto a lo que dices de los clásicos, la gente cada vez lee menos y pide cosas fáciles y que no les hagan pensar. Una pena.
Biquiños!!