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Azahar y salitre

Oficios y negocios para el recuerdo.

Cada vez me gusta menos ir por el centro de Valencia, pues aparte del tema del tráfico y el aparcamiento (Cada vez peor) veo con tristeza cómo van desapareciendo comercios tradicionales, muchos de ellos con diploma de centenario y que incluso fueron pasando de padres a hijos durante generaciones. Algunos han cerrado por no haber relevo generacional al jubilarse el titular, otros por no resultar rentables al tener poca clientela y, como ocurrión hace pocos años al actualizar los precios de los alquileres de local comercial, que hizo que más de un establecimiento cerrase por no asumir una subida que, en muchos casos, fué brutal.

Por otra parte, y ésto no sólo pasa en los comercios del centro, sino también en los de barriada, ha habido mucho tipo de negocio que ha ido desapareciendo por haber cambiado el estilo de enfoque comercial o el tipo de clientela. Creo recordar que hace tiempo hice algún comentario al respecto.

Ejemplos concretos:

1) Lecherías. Hace años que se prohibió la venta de leche a granel, aunque se siguió vendiendo pasteurizada y embotellada. Aparte de éso, en ese tipo de comercio también solían venderse productos lácteos, bebidas refrescantes, huevos y algo de laterío. Sigueron funcionando durante algunos años, hasta su desaparición total (Al menos en la zona de Valencia).

2) Futbolines. También llamados billares o recreativos. Siempre solía haber uno cerca de algún colegio, y era una manera de socializar por parte de mucha gente al salir de clase, aunque también se echaron cierta mala fama por servir de lugar de escaqueo para hacer novillos, aparte de ser frecuentados, en algunos casos, por gente de ideas no muy limpias...

3) Limpiabotas. En tiempos llegó a haber incluso algunos locales donde se solía dar brillo y lustre a los zapatos, aunque al desaparecer esos "salones de limpieza de calzado" hubo muchos de estos profesionales que iban por la calle de por libre, situándose cerca de algún establecimiento hostelero o en alguna peluquería de caballeros, pues sus servicios solían ser demandados generalmente por público masculino. También tenían fama de buenos revendedores de lotería y de entradas para fútbol o toros. Hoy en día, no sé si en Valencia quedan uno o dos.

4) Jugueterías. Es cierto que se siguen vendiendo juguetes en gran superficie o en tiendas de cadenas especializadas, pero la pequeña juguetería especializada, tanto del centro como de barriada han desaparecido practicamente. Junto con ellas también han desaparecido cierto tipo de kioscos donde no se vendía prensa, pero sí dulces, cromos, pirotecnia infantil y algo de juguete económico o baratijas. Recuerdo incluso en Valencia un par de almacenes al por mayor para abastecer este tipo de comercio, pero hace años que desaparecieron.

5) Video-clubs. Practicamente han pasado todos a la historia, víctimas de Internet y sus páginas para visionar o descargar películas. Queda alguno para nostálgicos de cine clásico o de películas de autor, pero son una minoría inapreciable.

Siguen subsistiendo, a trancas y barrancas, algunos establecimientos tradiconales que parecía que iban a desaparecer, pero que al menos en algunos barrios siguen funcionando gracias a una clientela que sigue acudiendo a ellos: Carnicerías, pescaderías, verdulerías, mercerías, hornos de pan, pastelerías, etc.

A ver lo que duran...

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