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Azahar y salitre

Mes y medio sin corbata.

Hoy he ido a una entrevista de trabajo, aunque lo que me han ofrecido a sido una auténtica basura que, con toda educación , me he permitido rechazar, pues por ahora no estoy tan desesperado, ya que me queda como año y medio de prestación por desempleo, y aunque muchas veces se me venga la casa encima, echando de menos la dinámica de mi trabajo en la calle, no soy tan tonto de coger un empleo en el que gane menos que lo que ahora estoy cobrando, y que me he estado currando durante años, tras haber cotizado religiosamente.

Cuando me vestía esta mañana, arreglándome bien para causar buena impresión (Muy importante cuando se va a una entrevista de trabajo), he caido en la cuenta de que hacía como mes y medio que no me ponía la corbata. Cuando me quedé sin trabajo, a primeros de Noviembre, en un mes tuve tres entrevistas, y de hecho en una de ellas me seleccionaron para trabajar, aunque después ví que aquella ocupación era un mal rollo, por lo mal planteado que estaba el trabajo. Y desde primeros de Diciembre, en que tuve la última entrevista, hasta hoy no había vuelto a tener una nueva oportunidad. Hace tiempo escribí un post titulado "La esclavitud de la corbata", en el que hablaba de lo indispensable que se ha vuelto su uso en mi profesión de comercial, sobre todo si la empresa quiere dar buena imagen. Y, parece mentira, a pesar de la obligación de tan masculina y engorrosa prenda, pero ahora la estoy echando de menos...

La búsqueda de empleo continúa, y muchas veces te come la moral el ver que mandas el curriculum a una oferta en la que no se ve ninguna claúsula restricitiva (Edad, preparación concreta, sexo, etc.), para ver después entre impotente y cabreado cómo, sin la oportunidad de una entrevista previa ves tu solicitud rechazada o, simplemente, jamás recibes contestación.

Y lo malo es que, es estos duros tiempos que corren, en que para un puesto de trabajo que se oferta, se presentan un montón de candidatos, has de pelear más que nunca por él, ya que no se sabe cuándo habrá una nueva oportunidad. Pero si no te dan la ocasión de defender tu candidatura en una entrevista personal, difícil está el panorama...

Habrá que seguir teniendo paciencia, y continuar buscando sin perder la esperanza.

Hecho polvo, pero entretenido y satisfecho.

Siempre me han gustado los libros, así como guardar pequeños objetos que tienen su pequeña historia, y que a veces nos puedan parecer un trasto inútil, pero que para nosotros es como si fuera un pequeño tesoro, pues nos recuerda un momento vivido que jamás volverá, dado que el tiempo jamás retrocede, salvo en nuestra imaginación. Siempre he dicho que lo más valioso que hay es el tiempo, pues con todo el oro del mundo no se podría lograr que retrocediera ni un segundo...

El caso es que teníamos un armario lleno de libros, muchos de ellos guardados en cajas, así como otros objetos: Cintas de video, cassetes, carpetas con documentos ya desfasados, cajas con fotografías de muchas épocas y otros cachivaches por el estilo. Tras mucho hablarlo, al final decidimos poner unas estanterías en su interior, para sí poder disponer de los libros que nos pudieran hacer falta (Más que nada pensando en los niños (?), que ahora suelen consultar bastantes cosas, aparte de que a mi hija y a mi nos encanta leer), y de paso hacer algo de limpieza y deshacernos de cosas que, finalmente, hemos considerado de total inutilidad.

Lo que parecía una empresa fácil, nos ha llevado prácticamente dos días, incluyendo el ir a comprar los materiales, tras tomar las medidas pertinentes. Pero claro, después había que moverse dentro del armario, cuyas paredes, que parecían perfectamente verticales, eran un compendio de total irregularidad en su trazado.

Mi hijo y yo fuimos a unos grandes almacenes, especializados en bricolage para toda la casa, y compramos unas tablas de pino macizo que estaban de oferta, bien pulidas y acabadas. Además, como llevaba las medidas que había tomado, me las recortaron sin cargo al tamaño que deseaba, sin cargo, y me llevé los trozos que sobraron, pues alguna utilidad les podré dar.

Una vez en casa, empezó la odisea: De entrada, estaban muy justas y apenas se las podía acoplar, por lo que me tocó ir a una carpintaría en mi barrio, en donde me las ajustaron de tamaño; eso sí, pagando por los cortes. Después, para terminar de retocarlas por mi cuenta (Las esquinas había que redondearlas, así como rebajar un poco algunos bordes) utilicé una sierra de calar eléctrica que tengo, pero el pino macizo, sobre todo cuando tiene nudos, es algo muy duro de cortar, por lo que casi sudaba tinta china cuando estaba en la faena. Total, que me tocó ir a la ferretería que hay al lado de casa y comprar unas hojas especiales para madera dura...

¡¡MIlagro!! ¡¡La madera se dejaba trabajar!! Me daba la impresión de que estaba cortando mantequilla, tal era la suavidad con que ahora corría la hoja. Pero aún quedaba lo más complicado: Colocar las baldas en el interior del armario, de tal forma que quedaran niveladas, para lo cual sí que necesitaba ayuda, que fuera moviendo las tablas poco a poco, mientras verificaba su horizontalidad con el nivel. Lo que menos costó después, una vez marcadas las posiciones, fué hacer los agujeros, poner los tacos y montar las escuadras de soporte, pues inmediatamente se instalaron las tablas y...¡¡Listo el armario!!

Y después...¡¡La faena de ir vaciando cajas, e ir dando destino a sus contenidos!! Había que ir haciendo todo aquello sin prisa, pero sin pausa, aunque con tanto ir cogiendo cosas de una caja en el suelo, ponerlo encima de la mesa, e ir llevándolo al armario, finalmente no sabía si mi espalda era mía o del vecino del tercero. Pillé una sudada de aquí te espero, que cuando se enfrió, tras descanasar un rato y cenar, se tradujo en unos dolores musculares que apenas me dejaban levantarme de la silla. Total que me acosté, todo dolorido y con una sensación de frío en la cama muy desagradable. Menos mal que me dormí pronto.

Y hoy, toda la mañana completando la faena de ir guardando y/o tirando cosas, algunas de las cuales he tenido que echar a la basura con cierta pena, pero consciente de que ya no me iban a ser de utilidad. Cuando, después de comer, he visto toda la obra que habíamos hecho, casi no me lo creía. Lo malo va a ser ahora aprender la nueva organización del armario, que ha quedado impecable. Haciendo números, los materiales me han costado un total de unos 60 € aproximadamente. ¿Os imaginais lo que me habría costado si me lo hubieran tenido que hacer? Es cierto que no tengo en cuenta lo que pudiera valer mi tiempo, pero la satisfacción de un trabajo casero hecho por mi mismo y que ha quedado bien es impagable...

Martes y 13...¡¡Lagarto, lagarto!!

En honor a la verdad, desconozco el por qué del mal "fario" que tiene aquí este día (Además de en Grecia y México, pues en casi todo el mundo es el viernes y 13 el día de la mala suerte). se dice lo del 13 porque en la ültima Cena de Jesucristo, eran 13 a la mesa, y uno de ellos murió al poco...

Hoy se dice que hay que tener mucho cuidado con ver un gato negro (Con lo majos que son), con pasar por debajo de una escalera, con cruzarse con un tuerto, etc. Y hay que decir que determinadas supersticiones tienen su explicación. Por ejemplo: Se dice que trae mala suerte encender tres cigarros con la misma cerilla, aunque éso viene de cierta guerra en que, de noche, al encender los cigarrillos, el enemigo se fijaba en el primero, apuntaba en el segundo y disparaba al tercero. Por tanto, creo que hay cierta justificación...

También hay quien dice que es de mal agüero el poner la cama, en una habitación, con los piés apuntando hacia la puerta, pues cuando alguien muere sale "con los piés por delante".

Existen miles de manías (Y todos creo que tenemos alguna), que no tienen cura por parte de los médicos, y que más bien son fruto de ciertas creencias populares, no demasiado justificadas. Curiosamente, también hay gente que, cuando juega a la lotería, gusta de hacerlo al 13. ¿Morbo? ¿Tentar al Destino? Vaya uno a saber...

¿Teneis vosotros alguna manía en concreto? Ya me contareis...

Yo no soy supersticioso...¡¡Porque trae mala suerte!!!

Vuelta a la normalidad (O al menos, éso espero).

Bueno, ya han pasado las fiestas de Navidad y Reyes. Os aseguro que tenía unas enormes ganas de que todo volviera a su cauce, y empezaba a estar harto de tanta fiesta, comilonas y compromisos sociales/familiares diversos. Y puedo decir que he pasado momentos de bajón bastante chungos. Sin ir más lejos, la víspera de Reyes me encontraba fatal de ánimos. Tanto es así, que tras salir pronto de casa a comprar un par de cosas, cuando volví estaba totalmente abatido. De hecho, a la hora de comer me metí en la cama y le dije a Pilar que ya me leveantaría a comer cuando me encontrase mejor. Dí un par de cabezaditas y me levanté sobre las 4, más relajado, aunque sin ánimos de salir ni nada.

Creo que ha sido la primera vez, en bastantes años, que no hemos salido mi mujer y yo a ver el ambiente de la noche de Reyes, que solía acabar tomando chocolate con buñuelos en una vieja horchatería del centro. Estuvimos hasta bastante tarde empaquetando regalos, tras mandar a nuestros hijos a sus respectivos cuartos, pues si bien ya son mayores, en el fondo nos gusta mantener ese espíritu del regalo/sorpresa para Reyes.Lógicamente, tanto lo que PIlar tenía para mi, como lo que yo le había comprado, también lo envolvimos secretamente...

Y por la mañana nos levantamos a ver qué nos habían dejado. Lógicamente, lo mejor ha sido para los niños (?) de la casa, pero este año, con lo de la reducción de gastos y mi actual situación, hemos procurado no gastar mucho. No lo creereis, pero sabiendo moverse por los mercadillos, se pueden encontrar buenas cosas a precios muy asequibles, sin tener que gastar esas enormes cantidades de las que tanto alardean algunos.

A mi, como siempre, cosas prácticas: Un batín para estar por casa, bien abrigado, unas zapatillas (Las que tenía estaban pidiendo a gritos la jubilación) y, como regalo simpático, una dentadura de juguete, a cuerda, que cuando la dejas sobre la mesas se pone a reir/castañear sola. A mi mujer le compré uno de esos colgantes "llamador de ángeles" y una "fondue" eléctrica, especial para fundir chocolate y preparar bombones.

Y ahora, de vuelta a la normalidad, aparte de seguir con la búsqueda de empleo, me he planteado el ponerme de nuevo a dieta, pues en los últimos meses había vuelto a ganar peso, y no me gusta estar así, cuestiones de salud aparte. Tenía a mano una fotocopia de un régimen de 1.500 calorías, que me mandó el médico hace un par de años, y que me fué muy bien, y ya he empezado a hacerlo.

A ver si hay suerte, y a pesar de los negros presagios que no paran de difundir los medios de comunicación, se van encauzando las cosas.

¿Os han dejado muchas cosas los Reyes? Ya me contareis.

Balance anual.

Bueno, ahora que acaba de empezar un nuevo año, creo que es momento de echar una breve mirada atrás, y analizar el que acaba de terminar, intentando hacer balance del mismo, y de paso, con permiso de las circunstancias algo negativas que ahora nos rondan en lo económico, intentar hacer planes para que este 2009 sea mejor en todo.

La verdad es que debo reconocer que ha habido de todo, aunque actualmente mi situación no sea muy buena, pues estar en paro no creo que le haga gracia a nadie. Es cierto que estoy cobrando una prestación aceptable, y que de hambre no nos vamos a morir nadie en casa, pero siempre hay gastos diversos, sobre todo cuando hay dos hijos en edad adolescente y estudiando, por lo que cada día que va pasando se va anhelando el encontrar una nueva ocupación, que al menos durante un tiempo dé cierta tranquilidad en lo económico. Lo ideal es que ese puesto de trabajo sea lo más estable y duradero posible, pero en los tiempos que corren, es como "pedir peras al olmo".

Yo llevo unos cuantos días en que, a ratos, me entra una gran dosis de pesimismo, que se acentúa ante el ambiente festivo que se intenta vivir, o hacer vivir, por las calles y en los medios de comunicación. Hay momentos en que desearía meterme en la cama, dormirme, y despertar cuando todas estas fiestas hayan pasado... De hecho, el día 1, que era mi santo, no tenía ganas de hacer absolutamente nada. Era uno de esos momentos en que lo mismo me daba 8 que 80, y que lo único que deseaba era estar tranquilo. Nos habíamos levantado muy tarde (De hecho, mis hijos volvieron a casa cerca de las 8 de la mañana, tras pasárselo bomba en Nochevieja), y comimos las sobras de la cena de Nochevieja (En la que todo estaba muy bueno, todo hay que decirlo). No vino nadie a casa a felicitarme, lo cual en el fondo agradecí, aunque sí que hubo algunas llamadas telefónicas y unos SMS al móvil. Por mi parte, sólo me permití llamar para felicitar el año a mi "asignatura pendiente", que se alegró mucho.

En cuanto a lo positivo del año pasado, algo impagable y que me llenó mucho mientras lo viví: El viaje a Roma con mi hija, y mi felicidad al ver lo mucho que disfrutó, contemplando todo aquello con sus ojos quinceañeros e ilusionados...

Y, respecto a mis planes más imediatos y prioritarios, a pesar de lo mal que está todo, y de las muchas frustraciones que se sienten a ver rechazada mi solicitud una y otra vez, seguir con la búsqueda de trabajo...

Feliz año y mis mejores deseos a todos.

Mayor de edad.

Parece que fué ayer cuando nació Manu, mi hijo, y hoy se cumplen 18 años de aquel suceso. Ya es mayor de edad...

Recuerdo que el parto fué muy largo, que hacía mucho frío y que, de resultas de aquello, con tantas entradas y salidas al hospital, más casi un paquete de tabaco que me fumé (Entonces fumaba, aunque poco), agarré una faringitis que casi me duró hasta la primavera. Pero todo son meros detalles anecdóticos de aquel día, en que gracias a Manu me convertí en padre.

Ayer, casualmente, fuimos al centro, paseando, a comprar unas cosas, entre las que se encontraba su primera corbata. Se va con su hermana, una amiga del Instituto y sus padres a comerse las uvas y celebrar el cotillón a un hotel mañana, y le he dado un traje mío, un Massimo Dutti,  que se me ha quedado estrecho, y qe sólo lo he usado cuatro días (Fué obsequio de una empresa en que trabajé, y que nos dieron a los empleados para acudir a la Feria, tras la cual ya no me lo volví a poner). Pero quería que, por lo menos, estrenara una buena corbata con ese traje. Si hago fotos, cuando vayan a salir de casa para irse a la fiesta, ya os mandaré.Cuando volvimos a casa, se lo probó todo y debo decir que estaba imponente, hecho todo un hombre. Pero después salió mi hija, probándose el traje largo, con zapatos de charol negros, que Pilar le ha dado, y ante ellos dos juntos, se me pusieron los pelos de punta...

Medio en broma, medio en serio, le dije a mi mujer: "Me voy a la residencia de 3ª edad". Y es que hay que reconocer lo rápido que ha ido pasando el tiempo. Como decía mi abuela: "Al tiempo no lo atrapa un galgo."

Hoy cenaremos algo especial, en su honor (Aún no sé qué), y después se soplarán las reglamentarias velas., deseándole lo mejor para esta nueva etapa de su vida que ahora empieza.

Feliz cumpleaños, Manu. Felicidades, hijo mío.

 

Las "recomendaciones."

Yo creía que era un pequeño mal propio de épocas pasadas, cuando había ciertos niveles altos de "caciquismo" y "pelotilleo" muy arraigado en la sociedad, pero por desgracia veo que sigue muy vigente hoy en día, perjudicando a la larga la calidad de vida de muchos, el nivel de ciertos valores humanos y que la gente, al final, esté tan desengañada de todo, que finalmente opte por el tan socorrido: "Hacer lo que te hacen no es pecado". Y después pasa lo que pasa...

A título anecdótico, recuerdo hace ya muchos años, en plena época de lo que ahora se ha dado por llamar la "Transición", en que una pareja entrañable de cómicos, Tip y Coll, ambos ya fallecidos, escenificaron una curiosa historieta en T.V., que dió mucho que hablar:

Figuraba que Coll iba a pedirle trabajo a Tip, que le preguntaba:

-"¿Qué sabe usted hacer?"

-"Nada" - respondía Coll.

-"Bueno, no es gran cosa, pero viene usted muy bien recomendado."

A continuación, Tip empezaba a enumerarle al otro una serie de puestos de trabajo interesantes (Curiosamente, relacionados con la Administración Pública), y Coll le iba respondiendo sistemáticamente: "Hombre, depende del sueldo, los horarios, las vacaciones, los "pluses", etc."

Entonces, se abrió la puerta y entró en la habitación un burro. Sí, un burro de cuatro patas y dos enormes orejas. Tip se levantaba y, haciéndole un sinfín de reverencias, lo pasaba a un despacho adjunto. Coll, extrañado, le preguntó: "¿Ése quién es?", y Tip le contestó: "¡El jefe!"

Lo representado dió mucho que hablar, sobre todo teniendo en cuenta que, en esa época, aún existía cierta censura en los medios de comunicación, sobre todo en los televisivos, pero creo que puso el dedo en la llaga de un mal que hoy sigue existiendo.

Y todo éso lo cuento porque, en mis diversas etapas que he tenido en la vida, en las que me he visto buscando trabajo, me he encontrado muchas veces, tras haber tenido una entrevista personal, que al recibir la repuesta (Cuando me la han dado, que no siempre es así), que me hayan dicho: "Nos gustó mucho su perfil, pero finalmente nos hemos decantado por otra persona que nos venía muy recomendada". ¡¡Auténtico!!

Incluso, en una web que hay para búsqueda de empleo, existe un apartado para incluir recomendaciones en el "curriculum". Lo malo es que ese portal es de los pocos que funcionan bien para el tema de encontrar trabajo, o por lo menos contactos al respecto, así que, por un lado, no me queda más remedio que seguir urilizándolo, y por otro, me da pena que una web que me consta es seria, haya tenido que asumir el uso de tan despreciable costumbre.

Decididamente, con cosas así, este país no tiene apaño...

Buen finde a todas/os.

 

Estadística aplicada.

Desde luego, hay algunos profesores que piden cosas rarísimas a sus alumnos. Menos mal que yo soy "gato viejo" y puedo echar una mano a mis hijos cuando no se aclaran con lo que solicitan que hagan para clase.

La semana pasada, me viene mi hija y me dice que su profesor de Matemáticas les había pedido un curioso trabajo de "Estadística aplicada", consistente en saber el número de contenedores, en zonas concretas de barriadas que había alrededor del Instituto, que adjudicaba a cada alumno, clasificándolos por modelos. Casualmente, a mi hija le dió el plano del terreno por el que debía moverse, resultando que le asignó la barriada en que vivimos y de un pequeño polígono industrial que hay junto a la misma, separado por una anchísima avenida. Y les había dicho que el trabajo era muy importante para sacar buena calificación total en las notas trimestrales...

Total, que como llevo ya bastantes años viviendo en mi barrio, y lo conozco casi como la palma de mi mano, preparamos el plan a realizar: Le dije que preparase una "plantilla", marcando en un folio apaisado los tipos de contenedores que hay : Resíduos urbanos (Orgánicos), plásticos, cartonajes/papel, vidrio y ropa/calzado, es decir: 5 en total.

A continuación, cogimos el coche y fuimos "peinando" una por una, en recorridos cruzados, todas las calles de la barriada, diciendo cada vez que veíamos uno, el tipo de contenedor que era, marcando con una rayita en la linea correspondiente, sumándolas todas, por tipologías, al completar el recorrido (La "cuenta de la vieja", aunque simplona, nunca falla)-

Depués, hicimos lo mismo con la zona del polígono industrial, aunque allí fué mucho más rápido, pues los edificios no eran muchos, aunque sí grandes naves industriales. Además, en un extremo del polígono hay un "eco-parque", al cual llevan las empresas lo reciclable, por lo que tampoco había mucho que ir contando.

Mi hija alucinaba, pues el trabajo le parecía una empresa casi imposible y pesadísima de realizar, que llevamos a cabo en poco más de una hora, con unos resultados tan concretos que el profesor la felicitó. Me decía que, en principio, temía que no cuadrasen las cuentas con lo que su profe le había dicho, a lo cual le contesté: "Si dice éso, le dices que vaya él a comprobarlo". También tuvo suerte en que en la zona asignada sólo la había mandado a ella, mientras que a otros sectores había enviado a varios a hacer lo mismo. El follón vino cuando no les cuadraban las cuentas a todos...

En resumen, que en el fondo vino bien que yo me encuentre en paro, ya que pude echarle una mano que la ayudó a conseguir el éxito en su trabajo, junto con puntos positivos para la nota trimestral. Y es que los refranes son muy sabios, sobre todo el que reza:"No hay mal que por bien no venga".

Gatos vagabundos.

Siempre me han gustado los animales, desde muy pequeño. De hecho, en casa siempre he tenido alguno, generalmente un pájaro (Jilguero, canario, periquito, etc.), aunque también perro. Hace años, tuve una dálmata (Truska), posíblemente el ser más noble, manso y cariñoso que haya vivido bajo mi mismo techo. Después, ya de casado, tuve en casa a Simba, un precioso pastor alemán, que en realidad era de Pilar cuando soltera, pero que se vino con nosotros hasta que murió de puro viejo. También era muy noble, y nada agresivo. Después, durante un corto tiempo tuve un chow-chow. que me causó un gran disgusto, y desde entonces no he vuelto a tener perro. Mi mujer dice que ya no quiere ninguno más.

Pero también me han gustado los gatos, tal vez por su carácter, independiente y misterioso a la vez, al tiempo que imprevisible, pues no suelen ser tan consentidores como los perros, y sus ataques arañando suelen ser tan desagradables como imprevisibles. Son ellos los que eligen al amo, y no siempre se dejan tocar por alguien a quien no quieran o conozcan. Quien quiera tener un gato, creyendo que convivir con él es lo mismo que hacerlo con un perro, se equivoca de una manera garrafal. Tanto a mi hija como a mi nos gustaría tener uno, a ser posible negro, pero Pilar se niega en redondo cada vez que tocamos el tema. Mi hijo dice que a él le da igual, aunque en el fondo creo que sería quien más lo mimase.

Y siempre me ha llamado la atención su espíritu de supervivencia, sobre todo de ésos que viven en la calle, alimentándose de lo que puedan pillar en la basura, de algún pajarillo o roedor que cacen o, en algunos casos, de lo que les da gente de la barriada.

Hace años que no veo esa estampa, en la que una persona, generalmente una mujer ya de cierta edad, suele llevarles comida y agua, acudiendo a su llamada con la cola bien levantada, mientras la rodean, al tiempo que con sus maullidos la siguen hasta que les pone la comida. Habrá quien diga que son animales sin control, que tal vez puedan traer enfermedades, aunque también suelen cazar ratas y ratones. Por cierto, que en alguna ocasión se ha hecho campaña de poner veneno a las ratas, y al comer alguno de esos roedores que se han envenenado, han pagado con su vida el devorar su presa...

En Valencia, curiosamente, hay dos colonias de gatos callejeros, debidamente controladas por la Protectora, que los vigila e incluso, a veces, captura a las hembras para esterilizarlas y después liberarlas, procurando que así no se multipliquen demasiado. Esas dos colonias están en el Jardín Botánico y en el Cementerio, siendo controladas por voluntarios de la asociación mencionada.

No obstante, me llama la atención que, a pesar de sus grandes reflejos, como todo buen felino, son muy ineptos para calcular distancia y velocidad de los coches, cuando se aventuran en zonas de circulación rodada, metiéndose bajo las ruedas de los automóviles de una manera que, a veces, me parece suicida. Desgraciadamente, es muy frecuente el encontrar restos de gatos aplastados en mitad del asfalto.

A ver si hay suerte y logro convencer a Pilar de que tengamos un gato o gata en casa. Lo que no sé es lo que opinará Piolín II, el escandaloso canario que nos alegra el ambiente cada día.

La reencarnación.

Es un fenómeno en el cual se cree a través de ciertas religiones y filosofías orientales, aunque en el mundo occidental, debido especialmente a las influencias de la Iglesia y/o del cristienismo, se suele negar casi radicalmente. Se dice que todo ser humano consta de cuerpo y alma. Cuando alguien muere, su cuerpo se descompone y desaparace para siempre pero...¿Qué pasa con el alma? Y ahí radica el "quid" de la cuestión...

Realmente, este post viene a raiz de una curiosa anécdota que me ha sucedido este finde pasado con mi hija. Por cierto, que al final me lo pasé haciendo chapuzas, como fué pintar una de las habitaciones (Falta le hacía) y cambiar la lámpara de tubos de la cocina, pues la que había estaba pidiendo la jubilación a gritos. Prueba de ello es lo bien que nos veíamos después, con la nueva ya instalada.

Pero bueno, volviendo al tema, me ocurrió algo muy gracioso. mi hija nació en Agosto del 92, cuando ya habían concluido las Olimpiadas de Barcelona. Y recordareis que en ese evento, la antorcha olímpica fué prendida con una flecha incendiaria, lanzada por un arquero paralímpico. Estuvieron repitiendo esa escena cierto tiempo, hasta que quedó en el olvido, como muchos detalles de la inauguración de aquellos Juegos.

Pues bien, mi hija me comentaba detalles de aquella ceremonia, como si los hubiera estado viviendo en directo. Y la verdad es que ma causaba cierto asombro, pues es cierto que fueron retransmitidos varias veces, pero Sherezade entonces no tenía uso de razón, aparte de que todo sucedió hace ya dieciseis años. Por otra parte, me comentó también que, hace algo más de un año, cuando estuvo pasando unos días, con un grupo de su clase, en un albergue de montaña, en donde se impartían clases de diversos deportes, al ir a practicar tiro con arco, ella fué la única que sabía empuñarlo y tensarlo correctamente. Tanto es así, que el monitor le había preguntado si había practicado anteriormente, pues parecía que hubiera sido arquera toda la vida.

Entonces, se me ocurrió decirle: "A lo mejor, alguna de tus anteriores reencarnaciones fué un  un/a tirador/a de arco, que estuvo en las Olimpiadas"...¡¡Y no veais la cara de susto que puso, mientras hacía con sus dedos el gesto de los "cuernos", y tocándose la sien decía:"¡¡Lagarto, lagarto!!".

Al principio me dió risa, pero después, recordando un libro que leí hace años, titulado "El tercer ojo", en el cual el autor, que decía haber sido un monje tibetano, cuando hablaba de la facilidad que tenemos para aprender algunas cosas, mientras que otras nos cuesta más, decía que las que aprendíamos rápido ya las sabíamos de anteriores reencarnaciones, en tanto que que las que costaban más de aprender, era debido a que la novedad hay que asimilarla desde un principio, que siempre es más laborioso.

¿Suspechería? ¿Algo de realidad de fondo? Cada cual es libre de pensar lo que quiera, pero creo que el tema requiere cierta reflexión. Se admiten opiniones, pero por favor, que sean sinceras.

Mil perdones.

Lo sé: Son demasiados días sin pasar por aquí, y casi sin visitar vuestros blogs, pero la verdad es que entre lo atareado que voy en casa, añadido a la búsqueda de trabajo, apenas tengo ánimos para sentarme ente el teclado y poner cuatro letras. Por otra parte, esta semana pasada casi estuve a punto de entrar a trabajar en una empresa, de comercial de sistemas de seguridad, pero resulta que los comerciales teníamos que hacer nuestro propio "telemarketing" para concertar las citas, y después visitar a los clientes. Lógicamente, ello implicaba hacer una labor para la cual ni teníamos práctica ni estábamos preparados, lo cual "quemaba" al más templado. De hecho, uno de esos días llegué a quedarme casi "bloqueado", como si me hubiera dado un ataque de "pánico escénico", ante el teléfono y el listado de llamadas que tenía que hacer, teniendo que seguir un guión que parecía diseñado con los piés. De verdad, lo pasé muy mal...

Finalmente, entre éso y que las condiciones no eran demasiado atractivas, preferí dejarlo y continuar con la búsqueda, tanto a través de un par de webs o llevando curriculums a diferentes empresas de ETT y selección de personal. Soy consciente de lo mal que están las cosas, y de que muchas empresas, si tienen pensado algún plan, si lo llevan a cabo, será a principio del año que viene. Pero quien no echa cebo, no tiene posibilidades de pescar.

De todas formas, en casa ando bastante entretenido, pues además Pilar, de cara a estas fiestas que se avecinan, tiene más trabajo que nunca en Mercadona, por lo que me veo obligado a ayudar en casa todo lo que pueda. Este finde, como no vamos a ir a ningún sitio, tal vez me dedique a pintar la habitación de mi hija, o a realizar alguna chapuza de las que siempre hay pendientes en casa. Además, mi mujer trabaja el día 6, por lo que el resto de los días tendrá más ganas de descansar que de otra cosa.

Ya contareis lo que hagais durante este puentecillo, que espero os siente bien a todas/os.

La crisis y sus contrastes.

En verdad que hay cosas que no entiendo. Estamos en crisis generalizada, de acuerdo, pero se ven unos contrastes que me demuestra que siempre hay alguna minoría (Más o menos grande) a la que parece no afectarle, o que el personal quiere seguir manteniendo una apariencia que lleve de muchas cabezas esa psicosis de catástrofe que se va instalando en la sociedad.

Como ahora estoy llevando curriculums a diversas empresas y a oficinas de ETT (Que también se dedican a selección de personal), suelo ir bastante por el centro de Valencia, lo cual no deja de extrañarme, pues aparte de que el aparcamiento es una misisón casi imposible, la crisis afecta más a las personas que viven en las barriadas periféricas. Pero bueno, hay lo que hay, de manera que no queda otro remedio que ir a donde se puedan entregar los historiales, con la esperanza de que alguien se fije en el nuestro...

Y es en esos "pateos" que me hago por el centro donde me doy cuenta de la forma en que la crisis está afectando a la sociedad, habiéndose cargado de manera casi tajante a la clase media, que es la que más domina (O dominaba) en nuestro país. En Valencia, la calle de Colón es la quinta más cara de España en lo que se refiere a precio del m2 de local comercial, tanto para compra como para alquiler. Cuando algún negocio cierra allí (Lo que no suele ser muy normal), a los cuatro días ya se ha abierto uno nuevo, generalmente de alguna tienda de marca exclusivista. En cambio, en otras calles del centro, da pena ver cómo muchos establecimientos de toda la vida, de tipo medio, han cerrado sus puertas. De ellos, había incluso algunos que ya iban por la segunda  o tercera generación de propietarios, muchas veces de tipo familiar. Curiosamente, la mayoría de los que vuelven a abrir, suelen ser cafeterías de alguna cadena o franquicia.

Y lo que también suelen estar a tope de faena y público, los días que les toca, son los "mercadillos" de barriada, con gente buscando sobre todo ropa, de cierta apariencia o a buen precio. Cuando aparecen prendas de marca, generalmente bien falsificadas, es "visto y no visto" lo rápido en que se venden. La gente ha vuelto a buscar el Bueno, Bonito Barato.

Y, mientras tanto, la búsqueda continúa por mi parte. Tal vez por éso no prodigo mucho mis apariciones en este blog, pero no os olvido...

De cabeza.

No os lo creereis, pero desde que estoy en paro voy de cabeza con el tiempo, pues entre lo de ir buscando empleo (Internet, llevar curriculums y visitar amistades de diversos sectores, por ver de recabar alguna información interesante), las faenas de casa (Por lo menos, hago algo útil y de paso procuro que Pilar descanse un poco cuando acaba en Mercadona), y llevar / traer a mis hijos de clase, la verdad es que voy de cabeza.

En cuanto a lo de buscar empleo, confieso que estoy un poco desmoralizado, aunque soy consciente de que en tiempos de crisis hay que redoblar esfuerzos en esa tarea, pues hay escasa oferta, a la que se presentan demasiados aspirantes. Lo más curioso es que contestas a un anuncio, y como al cabo de un par de semanas no hay respuesta, hago seguimiento del curriculum enviado y me suelo encontrar con la respuesta de "El proceso selectivo aún no se ha cerrado", por lo que toca seguir aguardando respuesta... Lo malo es que muchas veces ni contestan. Y es que, por desgracia, lo que hoy en día se ha avanzado en "Marketing" y técnicas de venta, se ha perdido en ética y en cortesía. Hay quien se empeña en ver sólo números, sin pararse a mirar lo que hay detrás.

He enviado curriculums a alguna web de empleo (De momento, sólo me fío de InfoJobs o Laboris), y si veo que de forma casi imediata descartan mi candidatura, al menos agradezco la rapidez de la respuesta, aunque sea negativa, pues la espera a una oportunidad deja un estado de ánimo muy desagradable, mezcla de frustración y esperanza.

Sé que apenas hace tres semanas que dejé de trabajar, y que no todo es "Llegar y besar el santo", pero éso de estar sin un curro decente, la verdad es que me puede.

Por lo menos, en casa ahora me dicen que se come mejor, pues siempre se agradece una comida recien hecha antes que una cocinada la noche antes y recalentada a microondas. Como hoy hacía algo de fresco, he hecho un cocido que me ha salido muy bueno, y no demasiado cargado de grasa (Hay que cuidarse). Por la noche, he hecho "ropa vieja", que es lo que ha sobrado del cocido, frito con unos ajos (Exquistez que no ha durado nada), y con el caldo haré mañana arroz al horno. Y para el viernes ya tengo preparados unos "Tortellini al queso" que espero gusten a todos.¡¡No se quejarán en casa, no!! Guiño

Por lo menos, intento no perder el buen humor ni la esperanza...

Literatura, fama y olvido.

Siempre me ha gustado leer, al igual que tener muchos libros. Algunos sólo los leo una vez, y después ocupan su sitio en alguna estantería, de las muchas que hay en casa guardando diversos ejemplares de obras encuadernadas. Hay veces en que no los vuelvo a leer porque no me han gustado, o porque creo que he comprendido perfectamente el mensaje que la obra contiene. Sin embargo, otros libros los he leido en más de una ocasión, como por ejemplo "La lápida templaria",  de Nicholas Wilcox (Pseudónimo secundario del escitor Juan Eslava Galán). Ambientado en época moderna, es una especie de epílogo a la "Trilogía templaria" de dicho autor, compuesta por "Los falsos peregrinos", "Las trompetas de Jericó" y "La sangre de Dios".

Pero no quiero hablar de ese autor y su obra, pues para gustos los colores, y a lo mejor a muchos de vosotros no os gusta su estilo. Hoy quisiera cometar el caso curioso de los escritores, que como artistas que son, intentan vivir de lo que mejor saben hacer, siendo a veces víctimas de la incomprensión de gran parte del público, o de intereses editoriales que ven en ellos simplemente algo  alguien con lo que ganar dinero...

Y, curiosamente, hay muchos escritores que en un momento dado de su vida ganan dinero gracias a su arte, pero que en cuanto mueren, dejan de verse o venderse sus obras. Citaría, como ejemplo, a dos escritores norteamericanos, de los cuales uno de ellos fué una mujer que llegó a conseguir el Nobel de Literatura: Pearl S. Buck. Esa escritora norteamericana, hija de un misionero, fué la que mejor llegó a retratar el ambiente y la forma de ser de la China anterior a Mao.

El otro fué un escritor afroamericano, fallecido en España en 1991 (Se afincó en nuestro país en los años 50), especializado sobre todo en novelas de ambientación histórica, llegando incluso algunas de ellas a ser llevadas al cine. Su nombre: Frank Yerby. ¿Os suena? Yo me he leido casi todas sus obras.

También podría hablar de grandes escritores españoles, sobre todo del siglo XIX y XX, que apenas son estudiados en las escuelas, institutos y universidades de nuestro país, que incluso llegaron a ser hombres de gran fama en su tiempo. Bien es cierto que algunos de ellos sí que siguen siendo estudiados hoy en día: Benito Pérez Galdós, Antonio Machado, Miguel Hernández o Vicente Blasco Ibáñez (Del que, por cierto, este año se conmemora el 80 aniversario de su fallecimiento).

En cambio, otros de los que recuerdo haber leido excelentes relatos y/o poemas, apenas son citados tan siquiera de pasada en las clases de Literatura: José Mª de Pereda, Pedro Antonio de Alarcón, Azorín, Emilia Prado Bazán, etc. ¿Es debido al cambio en los gustos del público lector o a que ya no son negocio para muchas editoriales? Salvo algún escaso ejemplo, de escritor más bien folletinesco, enfocado a un público juvenil popular (Alejandro Dumas, Julio Verne, Emilio Salgari, etc:), la verdad es que raramente se da el caso. Mención aparte son los grandes escritores del "Siglo de Oro" español: Cervantes, Quevedo, Calderón, etc. Pero ésa es otra historia de la que ya hablaré otro día.

Curiosamente, se da el caso del portugués Fernando Pessoa, que durante toda su vida no pasó de ser un oscuro oficinista, para que, tras su muerte, su inmensa obra fuera dada a conocer y difundida a todo el mundo. Algo similar sucedió con Kafka, que mandó a su albacea  destruir todos sus manuscritos inéditos tras su muerte, pero cuya orden, afortunadamente para el mundo, fué desatendida...

Y no es que estos dos autores sean precíamente hoy en día demasiado leidos ni estudiados. Tal vez porque, al precio que se han puesto los libros, la Cultura sea un artículo de lujo, y tras la muerte del autor, a muchas editoriales solo les interese ir a la venta fácil.

De todo un poco.

Disculpad si he estado tantos días sin decir nada, cosa poco habitual en mi, pues siempre hay algún motivo para contar, pero en estos últimos días, en que se supone que al estar parado me sobra tiempo...¡¡Voy de cabeza!!

El domingo, como anécdota simpática, os contaré que nos fuimos mi hijo y yo a pasear en bici por Valencia. Elegimos una ruta segura, pues vivimos relativamente cerca del cauce viejo del Turia, que con los años se ha transformado en un inmneso jardín, con zonas de juegos, deportivas y carril bici. Fuimos a visitar el Museo Histórico-Militar, que casi nos iba de paso, y el cual había visto yo hacía unos años. Es una pasada, de limpio e impecable que está todo expuesto, además del respeto con que se tratan allí diversos temas (Sin ningún toque tendencioso-político), aparte de que es gratis.

Después seguimos camino por un carril-bici que atraviesa Valencia por gran parte del casco central de la ciudad, y que llega hasta muy cerca de casa. En resumen, que nos hicimos casi 14 km. y lo pasamos muy bien. Hacía tiempo que no agarraba mi vieja Ulyses, ni mi hijo su "mountan-bike" con suspensión, que le compré hace unos pocos años para Reyes, por lo que las agujetas se hicieron presentes en casa, cuando se enfrió la musculatura...

El lunes fuí a las oficinas del INEM, y me llevé la agradable sorpresa de que iba a cobrar lo mismo que antes de entrar a trabajar en la empresa que ahora me ha tocado dejar, o sea, algo más de 1.000 € al mes. Me dijeron que lo mío se consideraba una "Reanudación", y que en principio lo que he estado cotizando estos últimos ocho meses no cuenta. Preferí callar, pues salía ganando, y aún me queda año y medio por delante, espereando encontrar antes alguna cosa interesante.

Llevo enviados ya un montón de "curriculums", aunque por ahora no hay nada concreto en que vea algún atisbo de poder entrar a trabajar. También es cierto que vamos de cara a una época en que las empresas están más por la labor de cerrar ejercicio a fin de año, y si hay que contratar a alguien, sea después de Navidad. De todas maneras, estaré atento a todo anuncio que considere interesante, tanto en la prensa como en un par de webs de empleo.

Mientras tanto, me toca hacer de "amo de casa" y de chófer familiar, para llevarlos al trabajo (Pilar) o Instituto (Mis hijos), aunque a este sitio debo hacer más de un viaje al día, ya que cada uno de ellos tiene un horario diferente, y sobre todo mi hijo que sale de clase cuando ya es de noche, me preocupa un poco más. Mi hija, tanto a la ida como a la vuelta va en grupo, por lo que sé que no hay problema, pero si alguna vez va sola, prefiero llevarla o traerla yo.

Entre unas cosas y otras, voy de cabeza. ¿No hay por ahí algún trabajito para entretenerme?

No hay mal que por bien no venga.

Gracias a todas/os por las palabras de ánimo que me habeis ido dando, y que han contribuido bastante a levantar la moral que teanía algo alicaída. Esta semana he ido serenando mis ideas, mientras he ido echando "curriculums" en varias ETT de las que también se dedican a selección de personal, y por un par de webs de empleo un poco fiables (La verdad, la mayoría son una m...)

Y también me centro un poco en las cosas de casa, limpiando, llevando y trayendo a los míos a su trabajo o instituto (Según los casos), y preparando la comida de mediodía, lo cual todos agradecen, pues no es lo mismo tenerla recién hecha que cocinada la noche anterior y después calentada al microondas.

Lunes: Potaje de garbanzos.

Martes: Arroz al horno (Y así aproveché caldo del cocido que había sobrado del domingo)

Miércoles: Lentejas, con su chorizo, costillitas y trozos de patata.

Jueves: Guisado de ternera. Me salió muy bueno, con la carne muy tierna, después de más de una hora a fuego lento.

Viernes: "Spaguetti" a la carbonara.

El sábado, posíblemente haga arroz a la cubana.

Y el domingo, si no pasa nada, un buen cocido, que si bien es algo caro, después se pueden hacer muchas cosas con las sobras.

Por lo menos, haciendo todas esas cosas, me distraigo un poco de la preocupación que tengo tras quedarme en el paro, a la vez que me siento algo más útil.

Para cenar, por regla general, lo solemos hacer de forma ligera, con una ensalada y algo de pescado o carne a la plancha. De vez en cuando, una tortilla de patatas, que mis hijos dicen que me sale de cine.

Y el lunes, habiendo concluido los día de vacaciones que no había disfrutado, aunque sí cobrado, me iré por la oficina del INEM a arreglar papeles. Me han dicho que suelen estar a tope, por lo que habrá que madrugar, llevarse el periódico y armarse de paciencia, ahora que hay mucho tiempo libre...

Buen finde a todas/os.

Castañas asadas.

Con la llegada de los primeros fríos, hace años, proliferaban por las calles los puestos de castañas asadas. Sobre un fogón de carbón vegetal, en una sartén con la base agujereada, se asaban esos frutos secos, que en España nos ha parecido siempre algo humilde, pero que en otros países, como en Francia, son apreciadísimas. Prueba de ello es un dulce llamado "Marrón glacé", hecho de unas castañas confitadas, carísimo. Para Navidad, me suelo dar el capricho de comprarme un frasco, y tras las comidas, me como una, acompañada de una copita de Oporto. ¡¡Sublime!!

Me vienen a la memoria recuerdos de la infancia, cuando mi madre o mi abuela me compraban un cucurucho de castañas asadas, que calentaban las manos mientras me las iba comiendo por la calle. El pelarlas era un reto, pues si estaban muy recientes, había que ir quitando la piel poco a poco, soplándo en los dedos de vez en cuando, de lo que quemaban. Hoy en día, se ve por el centro alguno de esos puestos, pero es más bien raro. Pocos oficios quedan de los que hacían que el pan se ganara en la calle, de forma modesta pero honrada.

Todo ésto viene a colación porque, anteayer, fuí a comprar unas cosas a un supermercado, de una cadena alemana (No digo nombres, por no dar publicidad gratuita. Je, je, je.), y me llamó la entención en uno de los expositores una de esas sartenes de base agujereada, que se vendía junto con un curioso artilugio para rajar las castañas, ya que si no se hace, antes de ponerlas al fuego, pueden dar un estallido. Como era barato (No llegaba a los 6 €), compré una. Cuando recogí a Pilar en su trabajo, compré una malla de castañas, y para merendar nos asamos unas cuantas, recordando los tiempos en que, de novios, comprábamos un paquete de ellas en invierno, y lo íbamos compartiendo por la calle...

Estaban deliciosas, aunque mis hijos no supieran apreciarlas cuando se las dimos a probar. Desgraciadamente, hoy en día se han impuesto más los artículos de bollería industrial, menos sanos que unos frutos secos.

Y, en otro orden de cosas, os comento que ya me encuentro más animado. Este pasado finde se me juntó todo, y me afectó mucho al ánimo. Ya he ido dejando "curriculims" por varios sitios, y he ido retomando los estudios para las oposiciones. Habrá que tener paciencia...

De nuevo cesante. (Y algo deprimido)

Pues sí, el día 31 de Octubre se cumplieron los negros presagios que tanto temía, y pasé a formar parte del club de más socios de España: El INEM, en la categoría de "Demandante de empleo".

Vino el coordinador, acompañado de otro compañero que también ha pasado a formar parte del mismo club, y estuvimos desmonatando la oficina de ventas, mientras esperábamos hasta el último momento el posible "milagro" de que la promotora decidiera, finalmente, no rescindir el contrato que tenía con la comercializadora, a la cual yo pertenecía.

Después nos fuimos a las oficinas de la promotora, a entregar las llaves del despacho de ventas, y que nos firmaran el recibo correspondiente a las mismas, para evitar suspicacias y que todo se hiciera de forma legal. La persona que nos atendió, y a la que ya conocíamos de otras veces, nos confesó, privadamente, estar muy "quemada", pues en su empresa han habido dos fusiones con otras, lo cual ha generado cierta destrucción de puestos de trabajo, de tal manera que, de un día para otro, se van sucediendo los despidos, y que de semana en semana no saben quien tendrá la suerte de continuar allí. Si a éso se añade la poco afortunada campaña comercial que están haciendo, y se junta con la psicosis que está generando la crisis en el sector, todo éso es capaz de acabar con los nervios del más valiente y veterano profesional del sector inmobiliario...

Tras salir de las oficinas, nos fuimos a hacer una "comida de despedida", pagada por los jefes, que hasta el último momento han querido quedar bien. De hecho, a mi me han pagado hasta el último céntimo que me correspondía, incluyendo los días de vacaciones no disfrutados y una pequeña indemnización extra, que es de agradecer, al igual que su promesa de que, si en un futuro todo se normaliza, contarán de forma preferente con los que ya hayamos trabajado para ellos. Es lamentable una ruptura por causas ajenas a nuestra voluntad, pero así están las cosas ahora. De todas formas, yo ya estoy echando "curriculums" por varios medios, con la esperanza de que se fijen en mi tarde o temprano.

Me llevé a comer al coordinador y al otro compañero a un mesón-restaurante que hay cerca de casa, y la verdad es que salimos muy satisfechos de allí. Al menos, las penas con el estómago lleno son más llevaderas...

Pero después, ya en casa, empezaron a aflorarme los nervios de una forma muy molesta: Una persistente migraña, que mandaba sus dolorosos ataques en oleadas golpeando mi cabeza en la sien derecha, para pasarse al ojo y rebotar a la nuca. Fuí a tomarme la tensión, por si acaso, pero estaba dentro de límites normales. Aún así, me he pasado tres días a base de Gelocatil (Para el dolor de cabeza) y de cápsulas de valeriana (Para los nervios e intentar dormir mínimamente bien).

El sábado, fuí a pasar el día al chalet de unos tíos de PIlar, y de camino paramos a que dejara unas flores en un cementerio privado, donde se encuentra mi suegro. Mientras estaba en el campo me encontraba bien, aunque afectado de una apatía que hacía tiempo no notaba, y que aún me dura.

Y el domingo, sin compañía de nadie, porque así lo había pedido, fuí a visitar el lugar donde está enterrada mi madre. Y de nuevo volví a sentir una inmensa tristeza, mezclada con impotencia, mientra le colocaba un ramo de margaritas y claveles, sus flores favoritas, en la negra losa de granito que nos separaba. Si no quise que viniera nadie conmigo fué, simplemente, porque no quería que vieran lágrimas en mis ojos...

La esclavitud de la corbata.

La mayoría de los trabajos que he tenido me han obligado a guardar una apariencia de cierta seriedad ante los clientes, lo cual conlleva, en muchos casos, el uso de camisa y corbata. Es curioso el ver que en muchas empresas, aunque no figure en ningún lado, si se trabaja de cara al público, se "recomienda" a los hombres el usar corbata, e incluso traje en ciertas épocas del año, mientras que para las mujeres hay algo más de flexibilidad a la hora de fijar unas normas de indumentaria, siempre que no sea demasiado provocativa.

La corbata...Ese complemento del vestir, eminentemente masculino (Aunque a veces, con algún vestido/traje tipo sastre, o con uniforme, también la lleven mujeres), que se dice fué difundido por los franceses, a partir de una prenda de cuello que utilizaban las tropas mercenarias croatas, en el siglo XVII. A lo largo de la Historia, las ha habido más largas, más cortas, listadas, estampadas, lisas, de colores suaves, de colores fuertes, etc. Incluso, en los casos de fallecimientos, por respeto y luto, se estaba obligado a ir con corbata negra durante un tiempo...

También, cuando no se ha sabido qué regalar, muchas mujeres han regalado a su pareja una corbata, como forma de salir del paso ante el compromiso, sin querer reconocer que los gustos para una corbata (Modas aparte), siempre ha sido algo muy personal, como lo es un perfume o una joya. Personalmente, siempre me han gustado más de estampados pequeños, de motivos simpáticos o de animalitos (La que llevo puesta ahora, es de unos patos salvajes volando), aunque también acepto las de dibujos geométricos discretos. Recuerdo, en una ocasión, llevaba una en la que se veían unos ositos de peluche, y mi jefe, al verla, me dijo:"¿Te parece seria?", y yo le respondí: "No. Pero me la han regalado mis hijos para el Día del Padre."  Y ya no me dijo más sobre el tema.

En tiempos, eran famosas las que se veían por TV, exhibidas por el veterano periodista José Mª Carrascal, tan llamativas y exageradas en sus motivos, que casi había que mirarlas con gafas de sol, de lo que deslumbraban sus colores tan chillones. Aunque las que a veces lleva el cantante retirado Luis Aguilé no le llevan mucha desventaja...

Recuerdo, de mis tiempos de colegio e instituto, que la mayoría de los profesores iban a clase encorbatados, e incluso en los Maristas era normal que mucho alumnos llevasen esa prenda, estando prohibidos los pantalones vaqueros y el uso de zapatillas de deporte para diario, por ser consideradas prendas "poco serias".

Por éso, suele ser muy habitual en mi que, cuando llega el fin de semana, traje, camisa y corbata vayan a parar al último rincón del armario, poniéndome los vaqueros más usados que tenga y algún polo, que esté más bien gastado, junto con unas zapatillas de deporte o unas botas montañeras (En invierno). A veces, cuando visto así, Pilar me dice: "Casi pareces un pordiosero o un vagabundo", a lo cual suelo contestar: "Es posible, pero al menos por unas horas soy un ser libre."

 

Ha pasado un año ya.

Pues sí, hoy, 25 de Octubre de 2008, se cumple un año desde que me decidí a abrir este blog. Y parece que fué ayer...

Debo decir que, en gran parte, debo ese comienzo a nuestra amiga Su (La otra cara de Barbie), a quien creo que todos echamos de menos. Llevaba unos tres años siguiéndola en su blog, y anteriormente en alguna de sus bitácoras, sin decidirme a crear el mío, hasta que ella me indicó los pasos a seguir. Lo último que he sabido de nuestra añorada amiga es que está bien, currando mucho y luchando mes a mes, entre ella y Diego, para ir pagando las letras del piso. Por ahora, no tienen Internet en casa, pero en cuanto lo tenga me ha dicho que seguirá en contacto más seguido con todos los blogueros amigos.

Aunque ahora las cosas no pinten demasiado optimistas, con la siniestra silueta del paro planeando sobre mi, confieso que a lo largo de este año que ha pasado he ido descubriendo gente estupenda, por diversos puntos de la geografía española, con sus historias, sus ideas, sus ilusiones, sus penas... Todos nos "confesamos" un poco a través de estas líneas que intercambiamos a por medio de nuestros respectivos blogs, ventanas abiertas a todo aquel que venga en son de paz. Espero que esta relación dure muchos años, y si hay ocasión, alguna vez, de podernos conocer personalmente, mejor que mejor.

Reconozco que a este blog le falta aún por mejorar en ciertos aspectos, como el de poder intercambiar imágenes y/o archivos sonoros con los demás, pero confieso que soy un poco ignorante en la materia a la hora de incluir esas cosas, por lo que toda ayuda al respecto es siempre bien recibida. De esa manera, estaría encantado de poder compartir con todos vosotros muchas fotografías (Otra de mis aficiones) y otros archivos que seguro os gustarían. Por ahora, os voy enviando alguna cosa particularmente a vuestros correos electrónicos, pero me gustaría, algín día, hacerlo a través de este blog.

Un fuerte abrazo, agradeciendo vuestra amistad, y buen finde a todas/os desde Valencia.